Melanoma y envejecimiento cutáneo | 06 JUN 09

Desaconsejan las cabinas de bronceado antes de los 18 años

Las lámparas de rayos UVA no protegen, son un factor de riesgo para sufrir melanomas.

Sesiones de rayos ultravioleta en un solarium. (Foto: Conchitina) LAURA TARDÓN

Unas sesiones antes de un bautizo, una boda o cualquier otro acontecimiento social... A modo de ''preparación'' para tomar el sol en la playa o para mantener la piel morena después del verano. Siempre hay una ''buena excusa'' para aquellos que se rinden al rápido bronceado de las cabinas de rayos ultravioleta. Muchos de ellos son menores de 18 años, un grupo que, según los especialistas, no debería exponerse a este tipo de radiaciones.

Se trata de una práctica que, como ya se sabe, conlleva algunos riesgos a largo plazo: cáncer de piel, melanoma ocular, arrugas y flacidez cutánea. Peligros que parecen quedar en un segundo plano, ya que las lámparas de autobronceado se han convertido en una moda que cada vez cuenta con más adeptos.

El problema es que muchos de ellos creen, por ejemplo, que ''darse unos rayitos'' antes del verano protege del daño en la piel durante la exposición solar. Varios estudios han demostrado que ideas como ésta son erróneas. "No sólo no protegen sino que potencian las posibilidades de quemarse. Son un factor de riesgo para el desarrollo de melanomas [el tipo más grave de cáncer de piel], especialmente cuando se usan antes de los 20 años. Estas cabinas deberían estar prohibidas en la adolescencia", afirma Eduardo Nagore Enguídanos, jefe clínico del Instituto Valenciano de Oncología.

A estas edades, "la piel es especialmente sensible y tiene un sistema inmunológico aún inmaduro, sobre todo en los menores de seis años. Además, teniendo en cuenta que la piel ''no olvida'' y que el efecto de las radiaciones es acumulativo, cuanto antes se produzcan las exposiciones, antes se podrá rebasar la línea tope", argumenta Ramón Grimalt, de la Unidad de Dermatología del Hospital Clínic de Barcelona.

Ya en el año 2005, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendaba que los menores de 18 años no recibieran sesiones de bronceado con rayos ultravioleta de tipo A (UVA), por tratarse de una práctica que conlleva un serio riesgo de cáncer. Según Grimalt, en el marco legal español, "no hay ninguna prohibición explícita en esta dirección. Al igual que la OMS, únicamente nos movemos en el marco de las recomendaciones".
Por una regulación más estricta

Una vez más, la asociación entre melanoma y lámparas de autobronceado fue confirmada dos años después, en 2007, por un equipo internacional de investigadores que revisó todos los trabajos desarrollados hasta entonces. Concluyeron que de 19 estudios analizados, los individuos que utilizaron este tipo de bronceado artificial eran un 15% más propensos a desarrollar melanoma.

"Las personas ya son conocedoras de muchos de los factores de alto riesgo de melanoma (algún antecedente familiar, piel, ojos o cabello claro, gran presencia de lunares, no usar cremas solares, etcétera). Sin embargo, en la lista no se suelen incluir otros factores determinantes como las cabinas de rayos UVA, que son un enorme peligro", señala el doctor Grimalt, quien añade que la intensidad de la radiación ultravioleta de los aparatos de bronceado es muy superior a la solar y, por lo tanto, más perjudiciales.

 

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