Asociación America de Psiquiatría Infantil y Juvenil | 08 MAY 09

Hable con los niños de la gripe porcina

Se debe crear un ambiente adecuado en el que los niños puedan hacer preguntas.

No existe una forma ''correcta'' o ''errónea'' a la hora de hablar a los niños sobre cierto tipo de emergencias. Lo importante es hacerlo. Los padres y los profesores deberían charlar con los menores sobre la gripe A H1N1 y lo que está sucediendo en todo el mundo con el virus.

Por si no saben cómo hacerlo, la Asociación America de Psiquiatría Infantil y Juvenil (AACAP, sus siglas en inglés) publica un artículo de David Fassler, profesor de Psiquiatría en la Universidad de Vermont, en el que se aconseja a los mayores sobre cómo tratar a los más pequeños.

Se debe crear un ambiente adecuado en el que los niños puedan hacer preguntas; aunque al mismo tiempo no se les debe presionar para que hablen de lo que piensan o han leido.

Proporcióneles una información veraz. Tarde o temprano averiguarán si usted está diciendo la verdad. En caso de mentir, puede provocar que desconfíe de usted en el futuro.

Emplee palabras y conceptos que puedan entender. Adapte las explicaciones al nivel de desarrollo del menor.

Prepárese para repetir la misma explicación varias veces. Algunos datos pueden ser difíciles de entender o aceptar por los más pequeños.

Reconozca y valide los pensamientos del niño, sentimientos, y reacciones. Déjeles saber que para usted sus preocupaciones son importantes y apropiadas.

Recuerde que los niños tienden a personalizar situaciones. Por ejemplo, ellos pueden preocuparse de su propia seguridad y de la de los miembros de la familia cercanos. También pueden inquietarse por los amigos o parientes que viajan o viven lejos.

Tranquilíceles pero sin hacer promesas poco realistas. Es aconsejable que los pequeños sepan que están seguros en casa o en el colegio, pero no puede prometerles que nadie se pondrá malo.

Enseñe a sus hijos qué precauciones deben adoptar y la importancia que tienen (cómo lavarse las manos o taparse la boca al toser).

Deje que sepan que mucha gente ayuda a las familias afectadas por la epidemia de la gripe porcina. Es una buena oportunidad, si está asustado, para que aprenda que la gente colabora.

Los niños aprenden de sus mayores. Ellos se interesan por saber cómo responden a los noticias sobre la epidemia. También aprenden de escuchar las conversaciones de adultos.

No les deje ver demasiada televisión. La repetición de escenas trágicas puede ser inquietante y confusa.

Los niños que han experimentado una enfermedad grave o pérdida de un familiar en el pasado son más vulnerables al impacto de las imagenes televisivas.

Vigile sus síntomas físicos incluyendo dolores de cabeza y de estómago. Muchos niños expresan su ansiedad con esta sintomatología, el aumento de este tipo de signos debe consultarse con un especialista.
Otros signos para buscar ayuda son: perturbaciones en su sueño, preocupación, miedos sobre la enfermedad o la muerte, no querer separarse de los padres ni ir al colegio. Cuando estos comportamientos persisten, piden consulta con su pediatra.

Las urgencias de salud pública no son fáciles de entender y aceptar para alguien. Los padres y profesores pueden mejorar la angustia de los niños escuchando y respondiendo de forma honesta, constante, además de brindando apoyo. "La mayor parte de niños, afortunadamente, son bastante resistentes", reza el documento de la AACAP.

 

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