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Utilidad del escitalopram en caso de trastorno impulsivo compulsivo por uso de Internet

El trastorno impulsivo compulsivo por uso de Internet es un fenómeno reciente incluído dentro del trastorno de control de impulsos no especificado

Autor/a: Dres. Dell'Osso B, Hadley S, Hollander E y colaboradores

Fuente: Journal of Clinical Psychiatry 69(3):452-456, Mar 2008

Introducción y objetivos

El uso incontrolable de Internet se define como trastorno impulsivo compulsivo por uso de Internet (TICUI). Dado que la aparición de esta enfermedad es reciente, los pacientes suelen ser incluidos dentro de la categoría diagnóstica de trastorno de control de impulsos no especificado. El cuadro clínico tiene características impulsivas que inician la conducta. En cambio, la persistencia de esa conducta se relaciona con las características compulsivas de los pacientes. En los pacientes con TICUI, el tiempo destinado a navegar o a comunicarse por Internet es significativo y la evitación de su empleo genera malestar. Esto determina un deterioro del funcionamiento interpersonal, laboral y académico.

Los pacientes con TICUI tienen una edad y un nivel educativo y socioeconómico variados. No obstante, en estudios recientes se informó un aumento de la prevalencia en las mujeres y los pacientes que reúnen los criterios para el diagnóstico de trastorno de control de impulsos no especificado. Además, se halló que cerca del 15% de las personas con adicción a Internet reúnen los criterios para el diagnóstico de trastorno obsesivo compulsivo. Entre las estrategias terapéuticas para estos pacientes se incluye la terapia conductual destinada a limitar el tiempo de empleo de Internet. Otra alternativa consiste en los grupos de autoayuda. Respecto del tratamiento farmacológico, los estudios son escasos.

El objetivo del presente estudio fue evaluar la utilidad del escitalopram para el tratamiento de los pacientes con TICUI.

Pacientes y métodos

Participaron 19 adultos de 18 años en adelante que presentaban TICUI. El cuadro se definió en presencia del uso incontrolable y angustiante de Internet durante un tiempo significativo que afecta el desempeño social y laboral o conduce a problemas económicos. La presencia de comorbilidades psiquiátricas se evaluó mediante la Structured Clinical Interview for DSM-IV Axis I. El estudio tuvo una duración de 19 semanas e incluyó una fase de 10 semanas de tratamiento abierto con escitalopram y una fase de suspensión, a doble ciego, de 9 semanas de duración y controlada con placebo. El objetivo de la primera etapa fue evaluar la eficacia y la tolerabilidad del tratamiento. En la segunda etapa se evaluó la diferencia entre el escitalopram y el placebo en cuanto a la suspensión del fármaco y las recaídas. La dosis de escitalopram varió entre 10 y 20 mg/día.

El parámetro principal de eficacia fue el tiempo de abstinencia del uso de Internet y la mejoría global según el resultado de la Clinical Global Impressions-Improvement Scale (CGI-I). En segundo lugar se aplicó la Barratt Impulsiveness Scale (BIS) y la versión de la Yale-Brown Obsessive Compulsive Scale (YBOCS) para pacientes con TICUI. Los participantes fueron evaluados periódicamente durante el estudio. Además, se valoró la seguridad y la tolerabilidad según la aparición de eventos adversos y la interrupción del tratamiento.

Resultados

La mayoría de los participantes empleaba Internet de un modo impulsivo obsesivo desde hacía 3 años y había empezado casi siempre después de los 30 años. El 63% tenía trabajos de tiempo completo. Además, el 63% presentaba un trastorno de ansiedad comórbido. Inicialmente, los participantes utilizaban Internet durante 36.8 ± 27.2 horas por semana. El puntaje inicial de la YBOCS y de la BIS fue 23 ± 5 y 42 ± 19.7, respectivamente. El 89.5% de los participantes completó la primera etapa de estudio. La interrupción del tratamiento no se relacionó con la aparición de eventos adversos. Al finalizar esta etapa se verificó una disminución estadísticamente significativa del tiempo de uso de Internet y del puntaje de la CGI-I. La mayoría de los parámetros secundarios indicaron una mejoría significativa luego de las 10 semanas de tratamiento con escitalopram.

Los efectos adversos más frecuentes consistieron en mareos y náuseas moderados que remitieron durante las primeras semanas de tratamiento.

Diecisiete pacientes fueron distribuidos en forma aleatoria para recibir escitalopram o placebo durante la segunda etapa del estudio. Los efectos adversos más frecuentes en los pacientes tratados con escitalopram fueron la fatiga y los trastornos sexuales. La administración de placebo no se asoció con reacciones adversas. No se verificaron diferencias estadísticamente significativas entre ambos grupos respecto de los resultados de los parámetros de eficacia al concluir esta última etapa de tratamiento.

Discusión

A pesar de las limitaciones que acarrea el TICUI, aún no se lo incluyó en las clasificaciones diagnósticas. Los resultados del presente estudio indican que los pacientes con TICUI no son tan jóvenes como se pensaba. La mayoría de ellos eran solteros, tenían empleos de tiempo completo y presentaban al menos un diagnóstico psiquiátrico comórbido. Aparentemente, las comorbilidades psiquiátricas son una característica de las personas con TICUI. Todavía debe evaluarse si el empleo excesivo de Internet es una causa o una consecuencia de esas comorbilidades.

De acuerdo con los resultados de la primera etapa de tratamiento con escitalopram, el fármaco resultó eficaz para disminuir la gravedad del cuadro. El TICUI podría incluirse dentro del espectro del trastorno obsesivo compulsivo debido a la respuesta favorable a los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) que caracteriza a este grupo de trastornos.

En cuanto a la segunda fase del estudio, la respuesta al tratamiento con escitalopram no difirió de la observada con la administración de placebo. Tampoco se registraron cambios de los resultados de las escalas aplicadas en comparación con lo verificado al finalizar la primera etapa de tratamiento. Es posible que la duración de la etapa a doble ciego no haya sido suficiente para cambiar el resultado del tratamiento. También debe tenerse en cuenta la posibilidad de un efecto placebo significativo.

Es necesario examinar el efecto del tratamiento durante un período más prolongado e incluir estudios de diagnóstico por imágenes para evaluar los patrones de activación cerebral relacionados con la presencia o la ausencia de respuesta al tratamiento.

En cuanto a las pautas de tratamiento farmacológico, los resultados de los diferentes estudios efectuados en pacientes con TICUI y trastornos de control de impulsos son heterogéneos.

En conclusión, el TICUI debería incluirse dentro de las clasificaciones diagnósticas actuales. Son necesarios más estudios para definir las características epidemiológicas y fenomenológicas, las comorbilidades y la respuesta al tratamiento de los pacientes con TICUI. Los resultados del presente estudio permiten sugerir que los ISRS pueden ser de utilidad. Es fundamental efectuar otras investigaciones para obtener conclusiones definitivas.