Resultados en pacientes gravemente enfermos

Control estricto de la glucemia vs. control convencional

Tener como meta del control glucémico la normoglucemia no necesariamente beneficia a los pacientes graves y puede ser peligroso

Autor/a: Australian and New Zealand Intensive Care Society Clinical Trials Group, el George Institute for Int

Fuente: N Engl J Med 2009;360:1283-97.

En la última década, el concepto que prima en los hospitales es el manejo estricto de la hiperglucemia en los pacientes internados especialmente en unidades de terapia intensiva (UTI). Sin embargo, se ha observado que existe casi una relación lineal entre los niveles de glucemia de los pacientes hospitalizados y una evolución adversa, aun en pacientes sin diabetes establecida.

Nunca ha estado demasiado claro si la glucemia tiene relación con esa evolución adversa o solo es un marcador en los pacientes más enfermos que presentan una respuesta de contrarregulación a la enfermedad. Varios estudios han comprobado un beneficio clínico del control estricto de la glucosa durante la atención en UTI pero no tenían un buen diseño para un análisis retrospectivo u otros problemas metodológicos.

Leuven, Blegium y col. han publicado 2 estudios con un intervalo de aproximadamente 7 años cuyos resultados son contradictorios. El primero habla del beneficio de mantener la glucemia con insulina intravenosa entre 80 y 110 mg/dL y en el último, siguiendo esta conducta, no hallaron beneficios en la mortalidad, salvo en pacientes internados en unidades críticas durante 3 días o más. Las revisiones sistemáticas y los metaanálisis también han llevado a diferentes conclusiones. Sin embargo, muchas organizaciones profesionales recomiendan el control estricto de la glucosa en pacientes internados en UTI.

Las barreras para la adopción sistemática del control estricto de la glucosa incluyen el mayor riesgo de hipoglucemia grave, problemas acerca de la validez externa de algunos estudios, la dificultad para alcanzar la normoglucemia en los pacientes muy graves y, la mayor cantidad de recursos requeridos. Debido a estos temas y dudas sobre el balance entre los riesgos y beneficios de este enfoque, pocos son los clínicos que recurren al control estricto de la glucosa.

Los autores diseñaron el Normoglycemia in Intensive Care Evaluation–Survival Using Glucose Algorithm Regulation (NICE-SUGAR) para probar la hipótesis que el control intensivo de la glucemia reduce la mortalidad en 90 días. Dicho estudio fue hecho en colaboración entre la Australian and New Zealand Intensive Care Society Clinical Trials Group, el George Institute for International Health (University of Sydney), el Canadian Critical Care Trials Group y el Vancouver Coastal Health Research Institute (University of British Columbia).

Métodos

Se seleccionaron los adultos que no superaban las 24 horas de admisión en una UTI, con probabilidad de permanecer internados >3 días consecutivos en esa unidad y fueron destinados al azar a recibir un control estricto de la glucemia (CEG), con el objetivo de mantener la glucemia entre 81 108 mg/dL o, al control convencional de la glucemia (CCG), con una cifra entre ≤/180 mg/dL. El punto final principal del estudio fue la muerte por cualquier causa dentro de los 90 días posteriores a ser agrupados al azar.

Resultados

De los 6.104 pacientes distribuidos al azar, en 3.054 se hizo el CEG y en 3.050, el CCG. Se obtuvieron datos sobre la muerte dentro del período convenido de 90 días en 3.010 y 3.012 pacientes, respectivamente. Al comienzo, los dos grupos tenían características similares.

En el grupo de CEG fallecieron 829 pacientes (27,5%) y en el grupo de CCG fallecieron 751 (24.9%): riesgo relativo 1,14 y 1,28, respectivamente. El efecto terapéutico no fue significativamente diferente entre los pacientes quirúrgicos y los no quirúrgicos (riesgo relativo 1,31 y 1,07, respectivamente). Se comprobó hipoglucemia intensa (≤40 mg/dL) en 206 de 3.016 pacientes (6,8%) en el grupo CEG y 15 de 3.014 pacientes (0,5%) en el grupo CCG.

No hubo diferencias importantes entre los dos grupos tratados en cuando a la media del número de días en UTI o en el hospital o, en la media del número de días en ventilación mecánica o diálisis renal.

Comentarios

En este estudio internacional, aleatorizado, con adultos de UTI, los autores comprobaron que el CEG, comparado con el CCG aumentó el riesgo absoluto de muerte a los 90 días en un 2,6%, lo cual representa un número necesario de daño de 38. La diferencia en la mortalidad permaneció importante luego del ajuste de los factores de error.

La hipoglucemia grave fue significativamente más común en el grupo con CEG. El manejo de la glucemia fue estandarizado—casi todos los pacientes recibieron su tratamiento asignado, la glucemia media fue significativamente diferente entre los dos grupos tratados durante el lapso de 90 días que duró el estudio, la tasa de hipoglucemia grave fue baja en comparación con las tasas de otros estudios.

Entre las limitaciones del estudio se mencionan: el criterio subjetivo para la inclusión de los pacientes (>3 días de internación en UTI), la imposibilidad de mantener a los médicos y personal en desconocimiento del grupo al cual habían sido asignados los pacientes y de mantener la glucosa un poco por encima del valor elegido en una proporción importante de pacientes del grupo de CEG.

Los autores no recogieron datos específicos para analizar los mecanismos biológicos potenciales de las intervenciones o sus costos. Sobre la base de estos resultados, ellos no pueden excluir la posibilidad de que el CEG pueda beneficiar a algunos pacientes.

Los hallazgos de este estudio difieren de los de un metaanálisis reciente en el que el CEG no altera significativamente la mortalidad entre los adultos gravemente enfermos. En concordancia con los estudios incluidos en el metaanálisis, los pacientes del presente estudio asignados al grupo de control estricto, comparado con los de control convencional, tuvieron glucemias más bajas, recibieron más insulina y tuvieron más episodios de hipoglucemia grave.

Una particularidad de este estudio fue que el manejo complejo y estandarizado de la glucemia fue posible en muchos centros mediante el uso de un algoritmo terapéutico computarizado accesible en servidores centralizados. Por otra parte, los pacientes recibieron principalmente nutrición enteral, siguiendo las recomendaciones de las guías de alimentación basadas en evidencia.

Los autores estiman que el poder estadístico del estudio y también el período más prolongado de seguimiento fueron superiores a los de los estudios del metaanálisis (salvo el período de seguimiento de 2 estudios). Por lo tanto, dicen, “nuestros resultados pueden deberse a un efecto específico de nuestro algoritmo terapéutico, son pasibles de mayor generalización para pacientes que reciben predominantemente nutrición enteral o, pueden reflejar un peligro no aparente en los trabajos con seguimiento más cortos y menor poder estadístico.

En nuestro estudio, más pacientes del grupo CEG que del grupo CCG fueron tratados con corticosteroides y la principal causa del exceso de muertes en el grupo de CEG fue cardiovascular.” Estas diferencias podrían indicar que la reducción de la glucemia por administración de insulina tiene efectos adversos sobre el sistema cardiovascular. Sin embargo, agregan, “nuestro trabajo no fue diseñado para analizar dichos mecanismos, por lo que se requieren otras investigaciones para ello.

Desde el estudio original de van den Berghe y col., el control estricto de la glucosa ha sido muy recomendado, sobre la base que el tratamiento destinado a mantener la glucemia en valores normales beneficiaría a los pacientes. Como en otros campos de la medicina, una investigación clínica que tiene como objetivo un factor de riesgo percibido (en este caso la hiperglucemia) requiere pruebas de estrategias complejas que pueden tener profundos efectos más allá de su efectos sobre el factor de riesgo (en este caso, la glucemia). Los hallazgos de este trabajo indican que tener como meta del control glucémico la normoglucemia no necesariamente beneficia a los pacientes graves y puede ser peligroso.

No ha quedado establecido si el peligro observado surgió de la glucemia reducida, la mayor cantidad de insulina administrada, la ocurrencia de hipoglucemia, de los factores metodológicos específicos para este trabajo u otros factores.

En conclusión, este estudio mostró que tener como objetivo terapéutico una glucemia <180 mg/dL dio como resultado menor mortalidad que tener como objetivo el mantenimiento de una glucemia de 81 a 108 mg/dL. Sobre la base de estos resultados, los autores no recomiendan utilizar como objetivo mantener una cifra menor en los adultos gravemente enfermos.

♦ Traducción y resumen objetivo: Dra. Marta Papponetti. Esp. Medicina Interna.

Referencias

1. Inzucchi SE. Management of hyperglycemia in the hospital setting. N Engl J Med 2006;355:1903-11. 2
2. Capes SE, Hunt D, Malmberg K, Gerstein HC. Stress hyperglycaemia and increased risk of death after myocardial infarction
3. in patients with and without diabetes: a systematic overview. Lancet 2000;355:773-8.
4. Capes SE, Hunt D, Malmberg K, Pathak P, Gerstein HC. Stress hyperglycemia and prognosis of stroke in nondiabetic and diabetic patients: a systematic overview. Stroke 2001;32:2426-32.
5. Gale SC, Sicoutris C, Reilly PM, Schwab CW, Gracias VH. Poor glycemic control is associated with increased mortality in critically ill trauma patients. Am Surg 2007;73:454-60.
6. Krinsley JS. Association between hyperglycemia and increased hospital mortality in a heterogeneous population of critically ill patients. Mayo Clin Proc 2003; 78:1471-8.
7. Malmberg K, Rydén L, Wedel H, et al. Intense metabolic control by means of insulin in patients with diabetes mellitus and acute myocardial infarction (DIGAMI 2): effects on mortality and morbidity. Eur Heart J 2005;26:650-61.
8. Malmberg K, Rydén L, Efendic S, et al. Randomized trial of insulin-glucose infusion followed by subcutaneous insulin treatment in diabetic patients with acute myocardial infarction (DIGAMI study): effects on mortality at 1 year. J Am Coll Cardiol 1995;26:57-65.
9. The ADVANCE Collaborative Group. Intensive blood glucose control and vascular outcomes in patients with type 2 diabetes. N Engl J Med 2008;358:2560-72.
10. Duckworth W, Abraira C, Moritz T, et al. Glucose control and vascular complications in veterans with type 2 diabetes. N Engl J Med 2009;360:129-39.
11. The Action to Control Cardiovascular Risk in Diabetes Study Group. Effects of intensive glucose lowering in type 2 diabetes. N Engl J Med 2008;358:2545-59.
12. Brunkhorst FM, Engel C, Bloos F, et al. Intensive insulin therapy and pentastarch resuscitation in severe sepsis. N Engl J Med 2008;358:125-39.
13. Van den Berghe G, Wouters P, Weekers F, et al. Intensive insulin therapy in critically ill patients. N Engl J Med 2001; 345:1359-67.
14. Van den Berghe G, Wilmer A, Hermans G, et al. Intensive insulin therapy in the medical ICU. N Engl J Med 2006; 354:449-61.
15. Wiener RS, Wiener DC, Larson RJ. Benefits and risks of tight glucose control in critically ill adults: a meta-analysis. JAMA 2008;300:933-44.
16. Langley J, Adams G. Insulin-based regimens decrease mortality rates in critically ill patients: a systematic review. Diabetes Metab Res Rev 2007;23:184-92.
17. Rodbard HW, Blonde L, Braithwaite SS, et al. American Association of Clinical Endocrinologists medical guidelines for clinical practice for the management of diabetes mellitus. Endocr Pract 2007;13:Suppl 1:1-68.
18. American Diabetes Association. Standards of medical care in diabetes — 2008. Diabetes Care 2008;31:Suppl 1:S12-S54.
19. Bellomo R, Egi M. Glycemic control in the intensive care unit: why we should wait for NICE-SUGAR. Mayo Clin Proc 2005;80:1546-8.
20. Angus DC, Abraham E. Intensive insulin therapy in critical illness. Am J Respir Crit Care Med 2005;172:1358-9.
21. Shulman R, Finney SJ, O’Sullivan C, Glynne PA, Greene R. Tight glycaemic control: a prospective observational study of a computerised decision-supported intensive insulin therapy protocol. Crit Care 2007;11:R75.
22. Chase JG, Shaw GM. Is there more to glycaemic control than meets the eye? Crit Care 2007;11:160.
23. Aragon D. Evaluation of nursing work effort and perceptions about blood glucose testing in tight glycemic control. Am J Crit Care 2006;15:370-7.
24. Mitchell I, Finfer S, Bellomo R, Higlett T. Management of blood glucose in the critically ill in Australia and New Zealand: a practice survey and inception cohort study. Intensive Care Med 2006;32: 867-74.
25. Mackenzie I, Ingle S, Zaidi S, Buczaski S. Tight glycaemic control: a survey of intensive care practice in large English hospitals. Intensive Care Med 2005;31:1136.
26. The NICE-SUGAR Study Investigators. The Normoglycemia in Intensive Care Evaluation (NICE) (ISRCTN04968275) and Survival Using Glucose Algorithm Regulation (SUGAR) Study: development, design and conduct of an international multi-center, open label, random zed controlled trial of two target ranges for glycemic control in intensive care unit patients. Am J Respir Crit Care Med (online abstracts). (Accessed March 6, 2009, at http://ajrccm.atsjournals.org/cgi/data/172/11/1358/DC1/1.)
27. Pocock SJ, Simon R. Sequential treatment assignment with balancing for prognostic factors in the controlled clinical trial. Biometrics 1975;31:103-15.
28. Knaus WA, Draper EA, Wagner DP, Zimmerman JE. APACHE II: a severity of disease classification system. Crit Care Med 1985;13:818-29.
29. Bone RC, Balk RA, Cerra FB, et al. Definitions for sepsis and organ failure and guidelines for the use of innovative therapies in sepsis. Chest 1992;101:1644- 55.
30. Vincent JL, de Mendonça A, Cantraine F, et al. Use of the SOFA score to assess the incidence of organ dysfunction/failure in intensive care units: results of a multi-center, prospective study. Crit Care Med 1998;26:1793-800.
31. Finfer S, Heritier S. The NICE-SUGAR (Normoglycaemia in Intensive Care Evaluation and Survival Using Glucose Algorithm Regulation) Study: statistical analysis plan. Crit Care Resusc 2009;11:46-57.
32. Su S. Numerical maximum log likelihood estimation for generalized lambda distributions. Comput Stat Data Anal 2007; 51:3983-98.
33. Idem. Fitting single and mixture of generalized lambda distributions to data via discretized and maximum likelihood methods: GLDEX in R. J Stat Software 2007;21:1-17.
34. The use of enteral nutrition vs. parenteral nutrition: clinical practice guidelines. Kingston, ON, Canada: Critical Care Nutrition, 2007. (Accessed March 6, 2009, at http://www.criticalcarenutrition.com/docs/cpg/1.0_envspn_07.pdf.)
35. Van den Berghe G, Wilmer A, Milants I, et al. Intensive insulin therapy in mixed medical/surgical intensive care units: benefit versus harm. Diabetes 2006;55:3151-9.
36. Dunbar JC, O’Leary DS, Wang G, Wright-Richey J. Mechanisms mediating insulin-induced hypotension in rats: a role for nitric oxide and autonomic mediators. Acta Diabetol 1996;33:263-8.
37. Herlein JA, Morgan DA, Phillips BG, Haynes WG, Sivitz WI. Antecedent hypoglycemia, catecholamine depletion, and subsequent sympathetic neural responses. Endocrinology 2006;147:2781-8.
38. Krumholz HM, Lee TH. Redefining quality — implications of recent clinical trials. N Engl J Med 2008;358:2537-9.