FIV-TE | 21 ABR 09

Fertilización in vitro con transferencia de embriones

Está técnica de reproducción asistida está indicada en pacientes con factor tubario irreversible o factor masculino severo.
Autor/a: Alberto Kably y Sergio Estévez, CEPAM Vol. VI/ Num. 1/ 2009
INDICE:  1. Desarrollo | 2. Referencias bibliográficas
Desarrollo


La fertilización in vitro fue descrita en 1978 con el nacimiento de Louise Brown en Estados Unidos de Norteamérica. A partir de ese momento comenzó el uso cotidiano de las técnicas de alta complejidad. Previamente tenía fines principalmente lucrativos en la industria ganadera, en humanos inicialmente se aplicó a parejas con factor tubario irreversible. A un cuarto de siglo, las indicaciones se han modificado y en la actualidad se utiliza también en parejas con los siguientes factores alterados: endocrino-ovárico, masculino, intentos fallidos previos con técnicas de baja complejidad y, finalmente, infertilidad inexplicable.

Esta técnica de reproducción asistida está indicada en pacientes con factor tubario irreversible o factor masculino severo, en las cuales es imposible lograr la fertilización sin este método.

Durante este procedimiento se realiza hiperestimulación ovárica controlada y se administra un agonista de GnRH o antagonista de la GnRH con la finalidad de evitar el pico endógeno de LH, alcanzar la maduración de más de cuatro óvulos e incrementar la probabilidad de tener una mayor cantidad de embriones de buena calidad para transferir y lograr el embarazo.

Dependiendo del factor y su grado de alteración, la pareja es candidata a una u otra técnica. Así una puede tener la misma probabilidad de embarazo con una técnica de baja complejidad que otra con alta complejidad. Sin embargo, una pareja con falla repetida en técnicas de baja complejidad es candidata al uso de una técnica más compleja. Las técnicas de reproducción asistida de alta complejidad tienen como común denominador la manipulación de gametos y se definen de la siguiente manera:

Para este procedimiento la paciente debe contar con estudios específicos además de los descritos como básicos de la infertilidad, la mayoría con la finalidad de descartar una posible infección (TORCH IgM, VIH, hepatitis B, cultivo cérvico-vaginal para ureaplasma, micoplasma y chlamydia), y exámenes para confirmar un estado de salud adecuado para la captura ovular (biometría hemática, química sanguínea y pruebas de coagulación).

Los principales factores de éxito son: edad de la paciente y/o una adecuada reserva ovárica. Para la medición de esta última se han empleado diferentes criterios, los más importantes son la determinación hormonal de FSH basal, estradiol, prueba de citrato de clomifeno, inhibina B, volumen ovárico y número de folículos astrales al inicio de la HOC. Toda candidata a esta técnica debe ser iniciada lo más pronto posible y no intentar con procedimientos de baja complejidad, ya que la edad es un factor indispensable para tener una adecuada reserva ovárica.

Por su parte, los estudios hormonales basales serán de gran utilidad para poder elegir el tipo de protocolo de estimulación y la dosis hormonal empleada, con el fin de obtener una cantidad adecuada de ovocitos maduros y disminuir el riesgo de síndrome de hiperestimulación ovárica. Es importante aclarar con la paciente el número de embriones a transferir y el porcentaje probable de éxito.

La mujer recibe un mes previo al HOC anticonceptivos orales combinados de dosis baja para estimular receptores endometriales selectivos para estradiol e impregnación con ácido fólico a fin de evitar malformaciones del tubo neural en el futuro feto.

En esta técnica siempre se estimulará hormonalmente a los ovarios para obtener un número adecuado de ovocitos para la fertilización; este procedimiento es denominado hiperestimulación ovárica controlada. Para la HOC se han utilizado gonadotropinas, las cuales durante el transcurso del tiempo se han mejorado por medio de purificación de las mismas, cuando eran aisladas de la orina de mujeres menopáusicas; en la actualidad también existe la hormona obtenida por tecnología recombinante, que es libre de impurezas y tiene la ventaja de no presentar variación entre lotes.

Con la creación del FIV-TE se logró identificar que un folículo contiene un óvulo maduro cuando tiene las siguientes características ultrasonográficas: paredes delfolículo con bordes no nítidos y un tamaño entre 18 y 23 mm, por lo que al observar cuatro o más folículos con  estas características se administra gonadotropina coriónica humana de 5 000 a 10 000 unidades para terminar la maduración de los ovocitos. Siempre se realiza hiperestimulación ovárica controlada con la finalidad de obtener entre ocho y 12 óvulos maduros (metafase II).

Inicialmente la extracción de los óvulos se hacía por medio de punción folicular a través de laparoscopia, hoy en día se realiza por vía endovaginal con guía ultrasonográfica, con la paciente bajo anestesia general endovenosa. Esta forma de extracción ha mostrado ser muy segura, las complicaciones que se han reportado son infecciones y/o hemorragias por lesión a un órgano pélvico o a una estructura vascular. Sin embargo, son extraordinariamente raras en personal con experiencia suficiente para efectuarlas y todas las mujeres reciben antibiótico profiláctico 48 horas antes del procedimiento.

Durante la captura ovular, los ovocitos son reclutados en contenedores estériles y pasan al laboratorio de embriología, donde son identificados y clasificados por su madurez con ayuda de un microscopio de luz. Los ovocitos en metafase II son los que tienen una mayor probabilidad de fertilización. La unión de ambos gametos se realizará de cuatro a seis horas después de la captura. Al día siguiente se revisan bajo microscopía de luz y en aquellos en los que se observan dos cuerpos polares con dos pronúcleos se confirma la fertilización. Dos o tres días después de la misma, se llevará a cabo la clasificación embrionaria y transferencia de uno a cuatro embriones, dependiendo de los siguientes factores: edad de la paciente, calidad embrionaria y experiencia de la clínica donde se efectúe el procedimiento.

Toda paciente que ingresa a un protocolo de reproducción asistida de alta complejidad debe contar con un soporte de fase lútea, mismo que se inicia previo a la transferencia embrionaria, usualmente 48 horas. La hiperestimulación ovárica controlada origina un ambiente hiperestrogénico, y el daño folicular en el momento de la captura ocasiona una fase lútea deficiente, por lo que 24 horas después de la captura de los ovocitos comienza la administración de progesterona por vía intramuscular o vaginal; la vía oral no se utiliza porque la progesterona se degrada al paso por la circulación enterohepática, lo cual provoca una muy baja biodisponibilidad del fármaco. En nuestra experiencia empleamos 100 mg cada 12 horas vía intramuscular y después de la transferencia embrionaria 100 mg intramuscular por la mañana y 200 mg vía vaginal hasta la semana 8 a 10 del embarazo, cuando la placenta produce la cantidad necesaria de progesterona.

 

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