Tratamiento con Acitretino | 24 MAR 09

Psoriasis en las uñas, la gran desconocida

El acitretino en dosis bajas demuestra una importante mejoría en esta psoriasis.

LAURA TARDÓN

Uñas estriadas, frágiles, con malformaciones y manchas amarillentas... Son las señales más comunes de la psoriasis ungueal, una enfermedad cuyo tratamiento, según los especialistas, resulta muy complicado. Ahora, un reciente estudio indica los beneficios de abordar esta afección con dosis bajas de un derivado de la vitamina A: el acitretino.

La psoriasis en las uñas es la gran desconocida, aunque en muchas ocasiones se presenta asociada a la psoriasis y a la artritis psoriásica. Pero también aparece de forma aislada. Puede afectar a una única uña o a todas las de las manos y los pies. En algunos casos puede evolucionar hasta la pérdida completa de la uña. El problema de las terapias actuales es que "conlleva efectos secundarios nada despreciables y no mejoran por completo la enfermedad", afirma Manuel Fernández Lorente, dermatólogo de la Clínica La Luz (Madrid).

"Demostramos que utilizando acitretino en dosis bajas (0.2 y 0.3 ml.), los síntomas de la psoriasis ungueal mejoran en un 46% a las 20 semanas del tratamiento", explican los investigadores de un estudio publicado en ''Archives of Dermatology''. "A los seis meses, el 25% de los participantes (nueve) experimentó una mejoría casi total de la psoriasis ungueal".

Al parecer, se trata de un fármaco seguro que no tiene efectos secundarios graves (aumento del colesterol y los triglicéridos) y, con un seguimiento del especialista, se puede tomar durante muchos años. "Su principal inconveniente es que las mujeres no lo pueden ingerir durante el embarazo ni en los dos años anteriores, ya que produce malformaciones en el feto", explica Manuel Fernández.

Una enfermedad difícil de tratar

Lo interesante de este hallazgo es que supone un importante avance en el abordaje de la psoriasis ungueal, una enfermedad en la que, según los expertos, los tratamientos no siempre funcionan. Por su localización, los agentes locales no llegan en las dosis adecuadas a la matriz, el nacimiento de la uña.

Si a esta deficiencia se suma el hecho de que existe poca información e investigación sobre las alternativas posibles en aquellos pacientes que están afectados por psoriasis ungueal, el resultado es que "en muchos casos, no podemos ofrecerles tratamientos para mejorar la enfermedad", comenta el dermatólogo. Y añade que "así como la psoriasis responde muy bien a los múltiples fármacos relativamente inocuos, la psoriasis ungueal es un quebradero de cabeza para los dermatólogos".

Y lo es porque los fármacos que en la actualidad se indican suelen tener efectos secundarios considerables. "Cuando la afectación de las uñas es muy severa e incapacitante nos vemos obligados a emplear inmunosupresores como la ciclosporina, que puede conllevar hipertensión y toxicidad renal, o metotrexato, que supone riesgo de toxicidad hepática. Además, por tratarse de inmunosupresores, el paciente está más expuesto a enfermedades infecciosas", expone el doctor Fernández.

 

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