Comunicación sobre salud | 17 MAR 09

Los coeficientes intelectuales elevados también son fuente de salud

Expertos abogan por simplificar los mensajes de salud pública para facilitar su comprensión por la población general.

Un estudio realizado en un millón de hombres suecos ha revelado un fuerte vínculo entre la habilidad cognitiva y el riesgo de muerte, que sugiere que las iniciativas oficiales para incrementar las oportunidades educativas pueden tener también su efecto en forma de beneficios para la salud.
 
Así, el estudio llevado a cabo por el equipo de investigación dirigido por el Dr. David Batty, del Wellcome Trust en el MRC Social and Public Health Sciences Unit en Glasgow (Reino Unido), ha demostrado que un menor índice de inteligencia se encuentra fuertemente asociado con un mayor riesgo de muerte por causas tales como accidentes, enfermedad cardiovascular y suicidio.
 
Concretamente, los investigadores estudiaron datos de un millón de hombres suecos alistados en el Ejército a los 18 años. Después de evaluar los casos de aquellos varones que habían crecido en un entorno seguro, comprobaron que sólo la educación tiene una influencia clara entre coeficiente intelectual y muerte.
 
Para estos investigadores, este vínculo podría ser parcialmente atribuido a conductas más saludables desarrolladas por aquellos que tenían mejores resultados en los test de inteligencia. Según explica el Dr. Batty, “las personas con los resultados más elevados en los test de inteligencia tienden a mostrar una menor predisposición a beber alcohol en exceso, siguen una mejor dieta, y normalmente son físicamente activos. Por tanto, mantienen un rango de conductas saludables que pueden explicar parcialmente este menor riesgo de muerte“.
 
Este experto valora también la necesidad de simplificar la información de salud de cara a que el público en general, y no sólo el más preparado intelectualmente, se beneficie de la misma. “Si crees que la asociación entre coeficiente intelectual y mortalidad se explica al menos en parte por las personas con menor índice intelectual que practican peores conductas –argumenta el Dr. Batty–, entonces puede ser que los mensajes utilizados para cambiar las conductas relacionadas con la salud resulten muy complejos".
“Los mensajes sobre la dieta, incluidos los de cuánto o qué tipo de alcohol es beneficioso, no son sencillos, y las estrategias disponibles para dejar el tabaco son muy diversos y realmente bastante complicados de entender. Si se clarifican las opciones disponibles a lo que las gente quiere hacer: dejar el tabaco, a corto plazo puede producirse un efecto positivo", concluye el Dr. Batty.

 

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