Cómo prevenir el síndrome de bebé sacudido

Un programa educativo para padres puede ayudar a prevenir el síndrome de bebé sacudido que puede desencadenarse por el llanto del bebé, de acuerdo con estudios estadounidenses y canadienses.

"En general, el llanto empieza en un plazo de dos semanas desde el nacimiento del bebé, así que es imperativo que los nuevos padres reciban información y que aprendan a hacerle frente con estrategias", dijo en un comunicado de prensa de la Universidad de Washington en Seattle el Dr. Fred Rivara, investigador del Centro de investigación y prevención de lesiones Harborview, vicepresidente de pediatría de la universidad y coautor del estudio estadounidense.

Tanto él como sus colegas evaluaron el programa educativo "The Period of PURPLE Crying", que incluye un DVD de 12 minutos y un folleto de información. El programa, diseñado para enseñar a los padres que el llanto de un bebé es normal y que puede llegar a ser frustrante para algunos cuidadores, identifica varios comportamientos como normales:

    * El llanto aumenta y alcanza su frecuencia y duración máximas a los dos meses de edad y luego disminuye.

    * Durante este periodo, el llanto es impredecible y prolongado.

    * El bebé se resiste y no responde a las estrategias que pretenden tranquilizarlo.

    * El bebé puede mostrar una expresión de malestar en su rostro.

    * Los ataques de llanto puede ser muy prolongados.

    * Las últimas horas de la tarde y la noche son las horas en las que un bebé llora durante más tiempo y con más intensidad.

En el estudio de EE. UU. participaron 2,738 madres de recién nacidos. La mitad de ellas recibió el material de PURPLE y la otra información sobre la seguridad del bebé. Las madres que recibieron los materiales de PURPLE obtuvieron una puntuación seis veces más alta en cuanto a conocimiento sobre el llanto y una puntuación más alta con respecto al conocimiento de la sacudida, eran 6 por ciento más propensas a compartir información con los cuidadores sobre cómo manejar la frustración del llanto del bebé y 7 por ciento más propensas a advertirles sobre los peligros de sacudir a un bebé, halló el estudio.