La situación económica a la baja y la somnolencia en alza

Por Steven Reinberg

Una encuesta reciente halla que casi la tercera parte de todos los estadounidenses dan vueltas en la cama sin poder pasar una buena noche de sueño porque les preocupa la economía, su trabajo o su dinero.

Las dificultades económicas superan otros problemas, como las guerras de Irak y Afganistán, el calentamiento global o la amenaza de un ataque terrorista, según la encuesta anual de la Fundación Nacional del Sueño.

"Lo que esto nos está diciendo es que estos estadounidenses que están teniendo problemas de sueño por dificultades financieras informan que su trastorno hace mucho menos probable que trabajen de manera eficiente, hagan ejercicio, coman de manera saludable y tengan relaciones sexuales, en comparación con sus compatriotas que duermen mejor", señaló Michael V. Vitiello, coautor del informe y profesor de psiquiatría y ciencias conductuales de la Universidad de Washington.

Estos estadounidenses que tienen el sueño trastornado también informan que tienen más del doble de probabilidades de dejar de participar en eventos familiares, y de realizar actividades para el tiempo libre y sus funciones laborales por su somnolencia, agregó Vitiello.

Según la encuesta, el 27 por ciento de los encuestados aseguró que había tenido el sueño trastornado durante el mes anterior debido a problemas de dinero, como sus finanzas personales (el 16 por ciento), la economía estadounidense (el 15 por ciento) o perder su trabajo (el 10 por ciento).

Aunque la gente está aprendiendo más a reconocer la importancia del sueño suficiente para su salud y su capacidad para funcionar, muchos siguen experimentando sueño trastornado, lo que conduce a efectos adversos sobre su salud y su funcionamiento diario, señaló Vitiello.

"Es importante que los estadounidenses reconozcan que dormir bien no es negociable sino la base de la buena salud y una buena función", dijo. "A medida que los tiempos se hacen más difíciles, en realidad resulta más importante que nunca hacer lo que uno pueda para mantener una buena calidad del sueño, pues dormir mal tiene efectos inmediatos sobre la función diaria y afecta a largo plazo la salud física".

La cantidad de estadounidenses que informa tener problemas de sueño ha aumentado en trece por ciento desde 2001. Por otro lado, la cantidad de persona que informan dormir ocho horas regularmente se ha reducido de 38 por ciento en 2001 a 28 por ciento hoy día. Además, apenas la tercera parte de todos los estadounidenses que informan tener problemas del sueño también informa haber hablado sobre sus problemas de sueño con su médico, aseguró Vitiello.

"Teniendo en cuenta la crisis económica y las dificultades en las finanzas personales que están experimentando muchos estadounidenses, la Fundación Nacional del Sueño insta a los estadounidenses a mantener o a desarrollar buenos hábitos de sueño, ejercicio y dieta para mantenerse saludables y productivos, sobre todo en tiempo difíciles", aseguró Vitiello. "Recuerde que dormir bien es esencial para la buena salud y no es negociable. Si usted cree que tiene algún problema de sueño, hable con su médico".