Un tribunal de justicia de EE.UU. | 18 FEB 09

Determinan que las vacunas infantiles no causan autismo

La decisión, que involucra a tres familias, es vista como una derrota para los padres que temen que existe una relación.

Por Amanda Gardner

No hay evidencia científica que demuestre que las vacunas infantiles, como la vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubéola (SPR), causaron autismo a los niños de tres familias que buscaban obtener una compensación económica de un fondo federal de vacunación, decidió un tribunal de justicia de EE. UU. el jueves.

El veredicto, que implicó los casos de prueba de los niños de tres familias diferentes, es un revés para los padres que presentan demandas con miras a conseguir una recompensa económica de los programas de compensación por daños derivados de las vacunas de EE. UU. Se han presentado más de 5,500 demandas semejantes. Las demandas son revisadas por la Office of Special Masters (un grupo de expertos judiciales en vacunas), una rama del Tribunal de Reclamaciones Federales de EE. UU.

"Es más que evidente que las teorías presentadas por los demandantes en la acusación son especulativas y poco convincentes", dijo el tribunal en el fallo de uno de los tres casos el jueves. La corte también señaló que "el peso de la investigación científica y de las autoridades" era "simplemente más persuasivo en casi cada punto de los argumentos", informó Associated Press.

Los expertos federales en salud aplaudieron la decisión.

"Las comunidades médicas y científicas han revisado cuidadosa y minuciosamente la evidencia de la teoría que relaciona el autismo con las vacunas y no han encontrado ninguna asociación entre las vacunas y el autismo", declaró en su sitio web el Departamento de Salud y Servicios Humanos de los EE.UU. "Si los padres tienen preguntas o inquietudes con respecto a las vacunas infantiles, deberían consultarlas con el proveedor de atención de salud de su hijo".

"Esperamos que la decisión de los expertos ayudará a tranquilizar a los padres con respecto a que las vacunas no son las causantes del autismo", añadía la declaración.

El tribunal aún tiene que emitir un fallo para las demandas de las otras familias y de las que afirman que el timerosal, un conservante que ya no se utiliza en la mayoría de las vacunas de rutina, es el causante del autismo de sus hijos.

Sin embargo, un juez dio a entender cuáles serían las futuras decisiones al declarar, "los demandantes no han podido demostrar que las vacunas que contenían timerosal contribuyeron a la aparición de disfunciones inmunitarias", dijo la AP.

Es poco probable que la decisión del jueves acabe con las prolongadas disputas en torno a si las vacunas infantiles pueden causar trastornos neurológicos como el autismo, a medida que los contrincantes continúan basándose en los términos familiares del debate.

"Desde un punto de vista médico, los expertos decidieron que la demanda legal no contaba con el respaldo de la evidencia científica", aseguró el Dr. Robert Frenck Jr., profesor de pediatría del Hospital Infantil de Cincinnati y miembro del comité para enfermedades infecciosas de la American Academy of Pediatrics. "La evidencia científica indica que realmente no existe ninguna relación entre la SPR más timerosal y el autismo".

En una declaración preparada, el Dr. Joseph Heyman, presidente del consejo de la American Medical Association, dijo que "los tres fallos recientes emitidos por los expertos judiciales del Tribunal de Reclamaciones Federales de EE. UU. ofrecen incluso más evidencia abrumadora de que no existe ninguna relación entre las vacunas y el autismo o trastornos relacionados. Las vacunas son unos de los mejores logros de la salud pública, y demuestran una y otra vez su capacidad para mantener enfermedades terribles a raya. El sarampión, la rubéola y el polio están entre las historias de éxito de las enfermedades eliminadas en EE. UU., aunque aún están activas en otros países y podrían volver a despuntar aquí".

La Dra. Barbara Trommer, directora asociada del centro para el desarrollo del Centro Médico Maimonides de la ciudad de Nueva York, dijo que "el mensaje para los padres es que los beneficios de salud superan por mucho a los riesgos.

"Me hubiera gustado que [el veredicto del jueves] fuera suficiente para suprimir la controversia, pero me temo que no será así", dijo Trommer.

En este punto, al menos, algunos contendientes están de acuerdo.

"Esto avivará aún más la controversia. Podría tener el efecto contrario, de que los padres se asusten aún más", advirtió James Moody, director de SAFE MINDS (por la sigla en inglés de Acciones sensibles para acabar con los trastornos neurológicos inducidos por el mercurio) y director de la National Autism Association. "Como siempre ocurre en los litigios de pruebas, ganas unos cuantos y pierdes otros. Esta decisión es poco relevante, aunque esperábamos algo mejor".

 

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