Una enfermera ayuda a trasladar a un paciente en Alemania (Foto: Friso Gentsch | EFE) MARÍA VALERIO
Productos de limpieza, desinfectantes, aerosoles, guantes de látex... El entorno en el que trabajan las enfermeras multiplica el riesgo de asma en este colectivo. Un nuevo trabajo que confirma que esta profesión tiene el doble de probabilidades de desarrollar este problema respiratorio que la población general.
La nueva investigación, que aparece esta semana en las páginas de la revista ''Occupational and Environmental Medicine'', analizó mediante cuestionarios individuales una muestra de 3.650 profesionales sanitarios de Texas (EEUU). De ellos, el trabajo se centra en los 941 que pertenecían al cuerpo de enfermería (el resto eran médicos, terapeutas ocupacionales o encargados de terapias respiratorias).
Los análisis fueron realizados por Ahmed Arif, de la Universidad de North Carolina; junto a los españoles Jordi Delclos, de la Universidad de Texas (en EEUU) y Consol Serra, especialista en Medicina del Trabajo en la Pompeu Fabra (en Barcelona).
Su trabajo señala que los enfermeros en contacto diario con productos de limpieza y desinfectantes tienen hasta un 72% riesgo más de desarrollar asma por primera vez; y hasta un 57% más de sufrir problemas respiratorios con síntomas similares. En el caso de quienes emplean diariamente instrumentos médicos desinfectados, el riesgo de convertirse en asmático se sitúa en el 67%.
El látex, anticuado
Usar guantes de látex es otro de los factores que aumenta un 6% las probabilidades de aparición de este diagnóstico; aunque como explica Serra a elmundo.es, su empleo se ha reducido de manera significativa en los últimos cinco o 10 años (también en España), y han sido sustituidos por alternativas con menos riesgo de causar dermatitis y otras alergias.
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