En Holanda | 05 ENE 09

Replantean los nacimientos en casa ante la mayor mortalidad

La UE alerta de los riesgos que entraña la ausencia de controles médicos.

ISABEL FERRER  -  La Haya
 
Holanda registra una de las mayores tasas de mortandad perinatal (desde la semana 22 de gestación hasta siete días después del nacimiento, según la OMS) de la Unión Europea, con 10 de cada mil bebés fallecidos durante ese periodo. Sólo Francia y Letonia superan dicha cifra, con 11 muertes por cada millar. Extraídos del informe Peristat II, elaborado por el Departamento de Salud Pública de la Comisión Europea, los datos han sacudido los cimientos del sistema holandés, basado en el ideal del embarazo sin apenas intervención médica. En el mismo estudio aparecen entre los países mejor situados Eslovaquia, Suecia, Luxemburgo y España, con menos de cinco bebés muertos por cada millar de nacidos.

El trabajo de campo del informe Peristat fue realizado durante el año 2004 en los 25 países comunitarios, además de Noruega. Aparte del caso galo, que podría deberse en parte a una seguridad social asfixiada que mezcla prestaciones públicas y seguros privados, destacan los casos español y holandés. Para Holanda, las malas noticias no son nuevas. En 2003 ya apareció la primera entrega de este estudio, donde la tasa de muertes era aún mayor: 10,9 bebés de cada mil.

Entonces, como ahora, la explicación dada a los fallecimientos es múltiple. Desde que el 20% de las madres holandesas sea mayor de 36 años, y tenga más problemas durante el embarazo, a los partos múltiples producto de las técnicas de reproducción asistida. También se señala el aumento de mujeres inmigrantes en situación de riesgo al pasar el embarazo solas. O que se practiquen pocas ecografías y análisis en busca de problemas congénitos.

"La tendencia es pensar que todo irá bien sin demasiada presencia de los especialistas. Pero el sistema adolece a su vez de falta de coordinación entre matronas y médicos. Le daré un ejemplo típico. Una gestante llama a su matrona para decirle que nota menos movimiento fetal. El ginecólogo la examina y todo está en orden. Le aconseja, de todos modos, que le avise si vuelve a ocurrir. Cuando por la noche informa de nuevo a la partera de que no nota al niño, ésta la ve y la tranquiliza. Si todo estaba bien por la mañana, es mejor esperar al día siguiente. Para entonces, el hijo ha muerto. ¿Quién ha sido responsable?", pregunta Jan Nijhuis, vicepresidente de la Asociación holandesa de Obstetricia y Ginecología y coordinador en su país del informe Peristat.

En su opinión, todos los implicados en el seguimiento del embarazo deben estar informados para que la mujer no quede nunca al descubierto. "Es tanto un problema de autoridad como de presupuesto. En Holanda hay 12 millones de personas que viven a 15 minutos de un hospital. Si no hay dinero oficial para mantener de guardia las 24 horas a anestesistas y ginecólogos, lo mejor sería concentrar el esfuerzo en unos cuantos centros".

 

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