Sociosexualidad | 16 DIC 08

La liberación sexual a la luz de la ciencia

Cómo influye la biología en nuestras actitudes.

Numerosos estudios intentan explicar la variedad de estrategias que hombres y mujeres ponen en práctica para relacionarse.

Mairi MCLeod, New Scientist

LONDRES.- Algunas personas se ufanan de su reputación de casanovas; otras proclaman orgullosamente su castidad. La mayoría prefiere no hacer públicas sus preferencias sexuales, pero incluso si piensa que su actitud frente al sexo es un asunto privado, considere esto. Este año, Lynda Boothroyd, de la Universidad de Durham, Gran Bretaña, y sus colegas publicaron un estudio que muestra que la mayor parte de los hombres y las mujeres con sólo mirar una fotografía de su rostro pueden juzgar correctamente si una persona será buena candidata para una relación duradera o simplemente para un escarceo.

Cómo exactamente es que podemos saberlo, basándonos en tan poca información, está abierto a debate, pero el trabajo de Boothroyd demostró algo. Que los hombres que eran descriptos como más "masculinos" y las mujeres consideradas más "atractivas" tendían a ser percibidos como más propensos al sexo casual, y a serlo en la realidad.

Este sorprendente talento para leer correctamente las actitudes sexuales de la gente tiene un beneficio obvio: permite que nos acerquemos a personas que desean el mismo tipo de relaciones que uno. También nos lleva a preguntarnos por qué hay tanta variedad de actitudes frente al sexo. ¿Qué es lo que lleva a algunas personas a refrenarse sexualmente y a otras a ser promiscuas? ¿Cuánto depende de factores tales como la cultura, educación, personalidad, edad o género?

Cuestión de actitud

Entre los primeros que observaron científicamente las actitudes sexuales están los psicólogos evolucionistas Jeffry Simpson, de la Universidad de Texas A&M, y Steven Gangestad, de la de Nuevo México.

Descubrieron que ciertos comportamientos varían en forma conjunta: las personas que tienden a tener más parejas sexuales, en general, comienzan a tener sexo más temprano, son más propensas a tener más de una pareja sexual al mismo tiempo y sus relaciones se caracterizan por bajos niveles de compromiso, amor y dependencia.

En general, los hombres obtienen puntajes mayores en la escala de la sociosexualidad que las mujeres, y los biólogos evolucionistas sostienen que hay buenas razones para esto. Aunque los hombres invierten mucho en su descendencia, lo único que tienen que hacer para ser padres es tener sexo. Con lo cual hubo poderosas presiones a lo largo de la evolución para que estén dispuestos a mantener relaciones de corto plazo. Las mujeres, por su parte, pagan los altos costos del embarazo y el amamantamiento, además del cuidado de los niños. Por eso es mejor que sean altamente selectivas con respecto a sus compañeros sexuales, porque corren el riesgo de quedar solas y con el bebe.
Desenfreno femenino

Claro que las cosas no son tan simples. Las mujeres pueden ser tan desenfrenadas en el sexo como los hombres. En efecto, con respecto a los puntajes de sociosexualidad hay más variación dentro del mismo género que entre ellos.

Diversos estudios han mostrado que las mujeres son más propensas a tener aventuras mientras están ovulando, aunque no sea una decisión consciente, lo que puede tener ventajas biológicas y evolutivas. Además, agrega David Schmitt, de la Universidad de Bradley, Illinois, las mujeres prefieren a los hombres que se ven más masculinos y simétricos, dos características indicadoras ambas de buenos genes.

Doble estrategia

Puede ser que ellas mantengan una doble estrategia, sostiene Schmitt. "Los bebes necesitan mucha atención y cuidado, con lo cual se crean las parejas entre hombres y mujeres para poder criarlos; pero las mujeres pueden, además, obtener buenos genes, mejores que los de su marido, con sólo sostener una relación de corta duración justo antes de ovular."

Schmitt reunió información acerca del comportamiento sexual de hombres y mujeres de 48 países de todo el mundo y descubrió que mientras la promiscuidad masculina tiene un pico hacia el final de la tercera década de vida, las mujeres tienden a ser infieles a sus parejas entre los 30 y los 35. "Este es el punto en que las oportunidades de concebir empiezan a descender, y suben las de tener hijos con problemas", explica. Schmitt sostiene que el que la sociosexualidad aumente en este momento de la vida de las mujeres refleja una estrategia evolutiva para maximizar las posibilidades de concebir y parir un niño saludable.

Experiencias tempranas

Puede que haya un tiempo durante el cual a las mujeres les sirve ser sexualmente liberadas, pero ¿qué hace que algunas mujeres sean más propensas a ser infieles en cualquier momento que otras?

 

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