Proponen abandonar la actual clasificación de antipsicóticos

Un metaanálisis publicado en "The Lancet" con ensayos clínicos que han analizado los efectos de fármacos antipsicóticos revela importantes diferencias entre principios activos individuales, algo que, a juicio de los autores, queda "difuminado" por la clasificación de estos medicamentos en "primera" o "segunda" generación.
 
Psiquiatras alemanes y estadounidenses compararon nueve antipsicóticos de segunda generación con fármacos de primera generación en función de su eficacia global, síntomas positivos, negativos y depresivos, recaídas, calidad de vida, efectos adversos extrapiramidales, aumento de peso y sedación.
 
La revisión incluyó 150 estudios con más de 21.000 participantes. Los resultados muestran que cuatro antipsicóticos de segunda generación (amisulprida, clozapina, olanzapina y risperidona) mostraron una eficacia global superior a los fármacos de primera generación. El resto de medicamentos de segunda generación no demostró ser mejor a los de primera.
 
En comparación con el antipsicótico de alta potencia haloperidol, de primera generación, los fármacos de segunda generación indujeron menos efectos secundarios extrapiramidales, pero sólo unos pocos antipsicóticos de segunda generación indujeron menos efectos secundarios de este tipo al ser comparados con el resto de fármacos de primera generación de baja potencia.
 
Con la excepción del aripiprazol y la ziprasidona, los antipsicóticos de segunda generación inducen más aumento de peso, en varios grados, que el haloperidol, pero no más que los fármacos de primera generación de baja potencia.
 
Los autores concluyen que, dado que los antipsicóticos de segunda generación difieren en muchas propiedades, entre ellas eficacia, efectos secundarios, coste y farmacología, no forman una clase homogénea, como tampoco la forman los de primera generación. En este sentido, señalan que la actual clasificación genera confusión, por lo que debería abandonarse.