Asociación Americana de Investigación del Cáncer | 19 NOV 08

Genes asociados al cáncer de riñón

Variantes en tres genes asociados al proceso de peroxidación de los lípidos parecen incrementar o reducir el riesgo de desarrollar tumores renales.

Un equipo internacional ha identificado tres genes asociados con el procesamiento de las grasas en el organismo que podrían aumentar la susceptibilidad al cáncer de riñón. Los resultados de su trabajo se han hecho públicos durante la reunión anual de la Asociación Americana de Investigación del Cáncer, que se celebra en Washington (Estados Unidos).
 
Descubrieron que variantes en tres genes asociados con el proceso de descomposición de grasas y lípidos al exponerse al oxígeno, denominado peroxidación, se relacionan con un mayor riesgo de desarrollar cáncer renal. Los científicos creen que la peroxidación de lípidos es un mecanismo unificado a través del que los factores de riesgo como la obesidad, la hipertensión y el tabaquismo podrían dañar el tejido renal y conducir al cáncer en este órgano.
 
Según explican los autores, "obesidad, hipertensión y tabaquismo han sido los únicos factores de riesgo del cáncer renal, pero contribuyen sólo al 50% de los casos". Señalan que el presente estudio sugiere que una variante genética común podría contribuir a un mayor riesgo en la otra mitad de los casos. "Este es el primer y más amplio estudio del cáncer de células renales que evalúa la influencia de estos genes", afirman.
 
Los científicos estudiaron el ADN de 987 pacientes con cáncer renal y 1.298 controles sanos que vivían en Europa Central y del Este, zonas que cuentan con las tasas de cáncer renal más elevadas del mundo. Los investigadores analizaron el ADN de cientos de variantes en 38 genes conocidos por su papel en la peroxidación de lípidos, la inflamación y el estrés oxidativo.
 
Los resultados mostraron que las variantes de dos genes estaban asociadas a un mayor riesgo de cáncer renal. Se trata del óxido nítrico sintasa 2A (NOS2A), que aumenta los niveles de óxido nítrico, y del prostaglandin-endoperoxido 2 (PTGS2) que produce prostaglandinas. Las variantes de un tercer gen, el de la apolipoproteína E1 (ApoE1), que ayuda a descomponer y eliminar los triglicéridos de la sangre y el hígado, se asociaron a una reducción del riesgo de la enfermedad.
 
Los autores explican que será necesario replicar estos resultados en posteriores estudios y un análisis más detallado para confirmar los hallazgos.

 

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