"Biological Psychiatry" | 01 OCT 08

Cortisol y conducta antisocial en adolescentes

Al contrario que el resto, los chicos con comportamiento antisocial grave experimentan una reducción de los niveles de la hormona en situaciones estresantes.

Investigadores de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) han descubierto una relación entre los niveles reducidos de la hormona del estrés cortisol y la conducta antisocial en adolescentes varones. Su trabajo se publica en "Biological Psychiatry".
 
Los niveles de cortisol en el organismo suelen aumentar cuando las personas pasan por una experiencia estresante, como hablar en público, hacer un examen o pasar por una operación quirúrgica. La hormona estimula la formación de recuerdos y se cree que hace que las personas se comporten de forma más cautelosa y controlen las emociones, en particular los impulsos violentos.
 
La investigación muestra que los adolescentes con graves conductas antisociales no muestran el mismo aumento de los niveles de cortisol cuando se encuentran bajo estrés que aquellos sin conducta antisocial. Los hallazgos sugieren que estas conductas antisociales, al menos en algunos casos, podrían constituir una forma de enfermedad mental vinculada a síntomas fisiológicos.
 
Los autores reclutaron a los participantes de escuelas, unidades de custodia y centros de menores. Recogieron muestras de saliva a lo largo de varios días en situaciones no estresantes para medir los niveles de la hormona en condiciones de descanso. Después, los participantes fueron sometidos a un experimento estresante diseñado para inducir frustración. Se tomaron entonces muestras de saliva antes, durante y después del experimento para controlar los cambios de los niveles de cortisol durante el estrés.
 
Las diferencias entre los participantes con conducta antisocial y aquellos sin ella fueron más marcadas bajo condiciones de estrés. Mientras que la media de adolescentes mostraba grandes aumentos en las cantidades de cortisol durante la situación de frustración, los niveles disminuyeron en aquellos con conducta antisocial grave.
 
Estos resultados sugieren que la conducta antisocial podría tener una base más biológica de lo que se había señalado previamente.
 
Según explican los autores, "si podemos descubrir qué subyace a la incapacidad para mostrar una respuesta normal al estrés, podríamos diseñar nuevos tratamientos para los problemas graves de conducta. Podríamos también crear intervenciones dirigidas a aquellos individuos con mayor riesgo".

 

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