El riesgo de cáncer puede ser previsto | 16 SEP 08

Tumores hereditarios

Se da en el 3 al 5% de todos los casos.

Por Nora Bär
De la Redacción de LA NACION

Es, sin duda, un alarde de anticipación que puede resultar inquietante. Con una simple muestra de cinco milímetros cúbicos de sangre, extraída sin una especial preparación, los doctores Ernesto Podestá y Angela Solano, investigadores del Departamento de Bioquímica Humana de la Facultad de Medicina de la UBA, están en condiciones de verificar si ciertas personas tienen o no alto riesgo de desarrollar cáncer.

Semejante clarividencia es resultado de una investigación, apoyada en los últimos avances mundiales en genética, que se inició hace varios años para detectar mutaciones que predisponen al cáncer hereditario, una forma de la enfermedad que se da en el 3 al 5% de todos los casos. Este trabajo, que contó con el apoyo de la Fundación Bunge y Born, exigió estudiar hasta ahora alrededor de 180 familias y más de 500 familiares. Los investigadores se centraron en tumores hereditarios de colon, tiroides y mama.

La idea fue detectar la alteración en un gen específico, analizar su presencia en los diferentes integrantes del grupo familiar, aplicar las medidas de prevención y detección precoz en los portadores y, algo no menos importante, aliviar a los que no la heredaron. La experiencia es única en el país.

"Nuestro trabajo consiste en estudiar el ADN de pacientes seleccionados con ciertos criterios clínicos para encontrar una alteración o mutación del ADN que caracteriza al cáncer hereditario -explica Solano-. Esa mutación, que es común a toda la familia, transmite una altísima predisposición a la enfermedad."

Las mutaciones genéticas que pueden indicar riesgo de cáncer hereditario son muchas. "En cáncer de colon polipósico, por ejemplo, hay alrededor de 550 conocidas -agrega la investigadora-. En nuestro primer trabajo, en 52 familias encontramos 14 que nunca habían sido descriptas en el mundo. Claro que, como esto lo venimos haciendo desde hace varios años, es cada vez más difícil encontrar mutaciones noveles. Con todo, no hace mucho encontramos una en BRCA (el gen asociado con el cáncer de mama) y un polimorfismo novedoso en otro gen que estábamos estudiando en cáncer medular de tiroides."

Pero aunque el mismo gen puede tener diferentes mutaciones, en una familia siempre se da la misma. Por eso, el primer caso (llamado "caso índice") es el más trabajoso: hay que estudiar todo el gen, desde el principio hasta el final.

Hay criterios internacionales muy bien definidos para seleccionar el caso índice. Uno de los datos cruciales que hay que tener en cuenta es la edad. Cuando alguien presenta un cáncer con menos de cuarenta años, tiene altas probabilidades de ser portador de una mutación que transfiere alta predisposición a la enfermedad. Es decir, que la persona que la hereda tiene un riesgo de entre el 80 y el 100% de padecer el tumor.

"Por eso, aunque hay diferentes criterios para tumores de colon, de mama y de tiroides, la juventud es la primera señal de atención", subraya Solano. Y enseguida agrega Podestá: "Es más: últimamente, aunque no exista una historia familiar de cáncer, si el paciente es menor de 40 años, se recomienda hacerle estudios genéticos".

El primer paso para decidir quién debería someterse a un test genético es una adecuada entrevista con el paciente. Permite conocer la historia clínica y familiar, y definir cuál de todos los genes que hay en danza es necesario estudiar. Porque si se selecciona mal el gen, el resultado puede ofrecer una falsa imagen de normalidad.

 

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