DATOS DE UNICEF
Un niño etíope, antes de recibir atención médica. (Foto: AFP)
CRISTINA G. LUCIO
MADRID.- Las últimas estadísticas sobre mortalidad infantil siguen siendo escalofriantes. En 2007, fallecieron en el mundo alrededor de 9,2 millones de niños menores de cinco años, según datos de Unicef publicados en un número especial de la revista 'The Lancet'.
Esta publicación, que sale a la luz con motivo del 30 aniversario de la Conferencia de Alma-Ata, muestra las grandes disparidades entre ricos y pobres que siguen existiendo en el planeta. Mientras que en occidente las tasas hablan de seis fallecidos por cada 1.000 nacidos vivos, en algunos países subdesarrollados se estima que uno de cada siete niños muere antes de poder contar su edad con los dedos de una mano.
La Conferencia internacional celebrada en Alma-Ata (Kazajistán) el 12 de septiembre de 1978 había subrayado la necesidad de una acción urgente para proteger y promover la salud en todas las poblaciones del mundo.
Sin embargo, tres décadas después, la situación de los menos favorecidos sigue siendo más que preocupante.
Algunos progresos, pero no los suficientes
Desde 1990, la mortalidad infantil ha disminuido en un 27% (en 2007 se registraron 68 fallecimientos por cada 1.000 nacidos vivos), una reducción todavía insuficiente para alcanzar los Objetivos del Milenio fijados por las Naciones Unidas, que estiman como necesaria una bajada del 67% antes de 2015.
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