Aumento del flujo sanguíneo venoso | 03 SEP 08

Alta prevalencia del síndrome de congestión pélvica

Caracterizado por un fuerte dolor durante la menstruación, afecta al 20% de las mujeres de 30 a 50 años que ya han tenido, al menos, un embarazo.

Un 20% de las mujeres en edades comprendidas entre los 30 y 50 años y que, en la mayoría de los casos, ya han tenido por lo menos un embarazo, sufren el síndrome de congestión pélvica, según han señalado especialistas del Centro Médico Teknon.
 
Los Dres. Carlos Lisbona y Xavier Puncernau, de la Unidad de Cirugía Láser de Varices de este centro, describen el cuadro clínico como "unas molestias variables e inespecíficas que se manifiestan en los días premenstruales, pudiendo prolongarse a lo largo de cada período, ya que es en estos días cuando se aprecia un mayor aumento del flujo sanguíneo venoso en la pelvis, al coincidir con la ovulación".
 
Este síndrome se caracteriza por un fuerte dolor durante la menstruación, acompañado de distensión, estreñimiento, sensación de congestión abdominal y, a menudo, reglas abundantes. Poco diagnosticado, las mujeres afectadas suelen otorgarle poca importancia y no consultan con el médico.
 
Según señalan los citados especialistas, el uso de anticonceptivos, así como inflamación o infecciones en el área pélvica, pueden también estar relacionados con esta patología. Asimismo, se produce por la aparición de dilataciones varicosas en la zona de los genitales femeninos. Esto se atribuye a la incapacidad de las venas ováricas de recuperar su tamaño normal tras el embarazo, pues durante el mismo van aumentando su diámetro hasta 60 veces por encima de lo habitual.
 
En fases avanzadas, esta inundación de sangre venosa en las venas de la pelvis puede causar dilataciones varicosas en venas vulvares, hemorroides e incluso varices en las piernas, difíciles de tratar por su gran capacidad para reproducirse si no son tratadas en su origen pélvico.
 
Actualmente se trata de un problema que tiene una solución ambulatoria consistente en bloquear el flujo venoso que transcurre patológicamente por las varices útero-ováricas, introduciendo, mediante una punción en la ingle, un pequeño catéter en su interior.
 
Al cerrar las venas patológicas desde dentro, la presión que estas soportan disminuye, con lo cual se resuelve el círculo vicioso de varices que crean y desarrollan más varices. Según explican los especialistas, este método tiene un éxito de curación superior al 80%, además cuenta con las ventajas de que la anestesia es local, no hay ingreso hospitalario, ni incisiones quirúrgicas.

 

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