Padres e hijos / Videojuegos | 31 AGO 08

¿Aliados o enemigos?

Hay quienes afirman que los videojuegos generan violencia, sedentarismo y aislamiento. Sin embargo, algunos expertos destacan su utilidad a la hora de agilizar la mente, tomar decisiones, trabajar en equipos virtuales y descargar tensiones. Respuestas de la ciencia para desterrar mitos.

Hay quienes afirman que los videojuegos generan violencia, sedentarismo y aislamiento. Sin embargo, algunos expertos destacan su utilidad a la hora de agilizar la mente, tomar decisiones, trabajar en equipos virtuales y descargar tensiones. Respuestas de la ciencia para desterrar mitos

La consola, la play (por la marca PlayStation, que se convirtió en un genérico) y los jueguitos de Internet ya ocupan en muchas familias el centro del living, lugar que era preponderante para la televisión. Muchos creen que se trata de la nueva caja boba. Aquí, los expertos abordan diez cuestiones puntuales:

1.- ¿Son estupidizantes?

En un artículo de la revista norteamericana Discover, James Gee, profesor de Ciencias del Aprendizaje en la Universidad de Wisconsin, reseñó los beneficios cognitivos de los videojuegos: desarrollan el pensamiento sistemático, el reconocimiento de patrones y la coordinación visomotora. Según el investigador, los jugadores exitosos aprenden a focalizar, a tener paciencia, a demorar la gratificación y a priorizar recursos. En una palabra, piensan.

Sin embargo, todo depende del videojuego de que se trate. No es lo mismo el Pac-Man, que sólo exige reflejos y cierta coordinación visomotora, que enredarse en una partida de World of Warcraft (uno de los juegos de estrategia más populares).

Para el neurólogo Facundo Manes, director del Instituto de Neurología Cognitiva (Ineco) y del Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro, "los videojuegos más modernos exigen demandas extraordinarias en habilidades tales como la atención y la representación visual y motora. Posiblemente, jugar estos videojuegos aumente algunas capacidades, pero no está demostrado que esto sea útil o que se generalice en la vida cotidiana".

2.- ¿Educan?

Hay una corriente de especialistas, representados por el divulgador científico Steven Johnson, que compara la experiencia de jugar videojuegos con una situación de aprendizaje, dado que la mayoría de ellos va escalando las dificultades a medida que el jugador progresa. No son estáticos, sino que generan nuevos desafíos todo el tiempo. Esta capacidad de aprender de los propios errores los hace divertidos y potencialmente adictivos.

Para el neuropediatra Claudio Waisburg, del Hospital del Niño de San Justo y jefe de Neurología Infantil de Ineco y del Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro, "ciertos programas de PC y videojuegos podrían favorecer el aprendizaje. Pero en chicos con problemas para la lectoescritura, pasar mucho tiempo frente al televisor o los "jueguitos" empeora su situación porque no realizan la ejercitación suficiente. Por eso hay que supervisar a qué juegan nuestros hijos y limitar el tiempo frente a una pantalla de TV o de computadora".

3.- ¿Son adictivos?

Diversos estudios destacan que al jugar videogames se segregan grandes dosis de dopamina, un neurotransmisor asociado a los mecanismos de recompensa y a los comportamientos adictivos. Los especialistas advierten que es difícil probar que las nuevas tecnologías provoquen por sí mismas nuevas patologías, pero sí hay evidencia de que pueden exacerbar trastornos previamente existentes, o hacer que tomen nuevas manifestaciones o matices.

Para el psiquiatra de adolescentes José Sahovaler, miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), "más allá de la predisposición psicopatológica de cada uno, todos los videojuegos son potencialmente adictivos, porque la pantalla es adictiva, ya que genera un efecto hipnótico".

Cuantas más horas se pasen frente a la consola, más posibilidades hay de desarrollar una dependencia. "No se mide sólo por tiempo, sino por aquellas cosas que se postergan o se dejan de hacer por el objeto de la adicción. Basta con que se prefiera jugar antes que a almorzar en familia", grafica Sahovaler.

4.- ¿Dificultan la atención?

Este año, la revista Nature publicó un estudio que generó gran revuelo. Según el trabajo, "los individuos que emplean con frecuencia los videojuegos tienen más capacidad de concentración que el resto". Después de dedicar horas a la pantalla y crear estrategias para ganar, "los jugadores se transforman en expertos en procesar muchas informaciones al mismo tiempo y son capaces de cubrir un ángulo visual mucho más amplio que los que dedican sus momentos de ocio a otras actividades".

Los videojuegos aumentarían la rapidez para visualizar y seguir múltiples imágenes en simultáneo. Explica el neuropediatra Waisburg: "Estas actividades estimulan los procesos de pensamiento, la toma de decisiones y las funciones ejecutivas. También se ponen en evidencia la creatividad y la resolución de problemas". Pero, al mismo tiempo, "cuando recibimos demasiada información simultánea podemos tener dificultades en su correcto procesamiento", advierte el especialista. La clave está en el equilibrio y en saber cuál es la dosis justa.

5.- ¿Pueden utilizarse con fines médicos o terapéuticos?

Un grupo de investigadores del departamento de Psicología de la Universidad de Memphis (EE.UU.) publicó meses atrás un trabajo en el que se utilizó la consola wii, de Nintendo, para medir las conexiones entre la mente y el cuerpo. Pero no son los primeros científicos que se valen de los videojuegos para sus investigaciones. Hay quienes utilizan consolas y joysticks para rehabilitar a enfermos de Parkinson y víctimas de ataques cerebrales. El videojuego Trauma Center es el favorito entre los neurocirujanos para entrenar sus habilidades antes de ir al quirófano.

Otro popular juego, Brain Training, es utilizado por personas mayores para mantener ágil su mente. Pero no se trata de un videojuego convencional, sino que fue desarrollado por el neurocientífico japonés Ryuta Kawasima. Contiene ejercicios mentales diseñados para estimular el cerebro y jugarlo por pocos minutos. El juego puede reconocer voces, lleva un historial de las pruebas hechas por cada jugador y da una puntuación que indica qué progresos se logran y cuán joven o viejo está el cerebro.

 

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