NIVELES CONSIDERADOS SEGUROS
CRISTINA DE MARTOS
MADRID.- Estudios previos habían sugerido la relación entre la ingesta de arsénico y el desarrollo de diabetes tipo 2. Ahora, un trabajo dirigido por una investigadora española ha descubierto que las personas que beben agua o toman alimentos contaminados con este metaloide, algo más habitual de lo que en principio se podría pensar, son más propensos a sufrir esta enfermedad.
En algunas partes del planeta la contaminación del agua y de los alimentos con arsénico ambiental o inorgánico es frecuente. Este elemento tiene una gran toxicidad para los seres vivos y por eso se intenta limitar su presencia en el agua que consumimos. Sin embargo, su eliminación total no es posible y la población puede estar expuesta a una ingesta mínima pero constante, que a largo plazo puede provocar problemas de salud.
Uno de los efectos de este contaminante está relacionado con la aparición de diabetes tipo 2, aunque hasta la fecha los estudios que así lo sugerían no habían recibido demasiada atención de la comunidad científica. Modelos animales han mostrado cómo el arsénico altera la producción de glucosa y disminuye tanto la secreción de insulina como la sensibilidad de las células a esta hormona. Cambios que concuerdan con la aparición del citado síndrome. Otros estudios realizados en Taiwan y Bangladesh también mostraron resultados similares.
Todos estos trabajos se llevaron a cabo con dosis relativamente altas de arsénico inorgánico mientras que el efecto de la exposición a niveles bajos es incierto. Ana Navas Acien, profesora en la Escuela de Salud Pública Bloomberg de la Universidad Johns Hopkins (Baltimore, Estados Unidos) y sus colegas examinaron la cantidad de arsénico contenida en la orina de 788 participantes y su relación con la diabetes tipo 2.
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