PNIE 5 | 17 SEP 08

Eje Cortico Limbico-Hipotalamo Hipofiso Prolactinico

Contenidos del curso de capacitación en PNIE dictado por la Dra. Andrea Marquez Lopez Mato. En colaboración con Dr. Gonzalo Illa, Dra Paula Oyhamburu y Srta. Fiorella Velasco.

Eje Cortico Limbico
Hipotalamo Hipofiso Prolactinico (C-L-H-H-P)

Prolactina (PRL)

Síntesis
Se sinteza principalmente en las células basófilas de la adenohipófisis. Circula por plasma hacia sitios donde se encuentran sus receptores específicos en hipófisis, hipotálamo, sustancia nigra, plexos coroideos, glándula mamaria, útero, ovario, testículo, vesícula seminal, glándulas sudoríparas y lagrimales, tejido adiposo, músculo, riñón, hígado, bazo, ganglios linfáticos, timo, médula ósea y células inmunes, entre otras.
Es decir que la PRL no posee un órgano blanco específico, como lo hacen el resto de las hormonas hipofisarias, lo que le confiere heterogenicidad funcional.

 Muchos de los tejidos antes mencionados tienen además de receptores específicos, la capacidad de sintetizarla. Es de esta forma que la actividad biológica se conserva entre un 20 y un 50 % luego de la hipofisectomía, variando su nivel en distintas edades. Es decir que la síntesis principal de PRL se lleva a cabo fundamentalmente en la hipófisis, y en menor medida en el hipotálamo y otros órganos. Se supone que la PRL periférica llegaría al SNC a través de los plexos coroideos, ya que no atraviesa la barrera hematoencefálica (BHE).

Dentro de la hipófisis, más allá de los lactótropos, una parte importante de la síntesis se lleva a cabo en las células somatótropas. Esto se debe a que la PRL, la hormona de crecimiento (GH) y el lactógeno placentario se encuentran íntimamente relacionados por compartir la familia de genes que codifican para cada una de estas moléculas. Se propone que ancestralmente constituyeron un único gen, y que el curso de la evolución biológica las diferenció. Esto se verifica en el hecho de que la GH humana muestra cierta acción lactogénica, por su similitud estructural con la PRL. Estos fenómenos son ampliados en la entrega sobre cronobiología y evolución.

Variantes estructurales

Por otra parte, la molécula misma de PRL ha sufrido cambios estructurales a través de la evolución, con porciones que se mantuvieron estables a través de los años. Esto determina variantes estructurales de la molécula, con diferencias en sus localizaciones y actividades biológicas, que se describen a continuación:

Esta tabla nos grafica claramente la heterogenicidad biológica de la PRL, pero al mismo tiempo abre el interrogante de sus correlaciones funcionales en la PNIE. Cuando se logre evaluar la relación entre estas variantes moleculares y los mecanismos receptoriales involucrados se podrá dilucidar el mecanismo involucrado en el centenar de acciones que algunos autores atribuyen a esta hormona. (ver más adelante)

Entre estas formas, la de mayor interés en la practica diaria es la llamada macroprolactina (componente big y big big) que no tiene acción biológica pero es dosada junto a la PRL activa, en los dosajes convencionales. Ante una hiperprolactinemia sin signos clínicos, conviene solicitar las pruebas laboratoriales específicas para descarte de macroprolactina, antes de tomar decisiones diagnósticas o terapeúticas apresuradas.

Receptores

El receptor prolactínico presenta cinco isoformas que varían en localización, tamaño y mecanismos de transducción.

Pero todas sus isoformas muestran igual sitio de unión al ligando. El  gen que codifica para el mismo se encuentra a nivel del brazo corto del cromosoma 5, albergando además el gen del receptor de la GH. Ambos receptores poseen estructura y función muy similares (compartiendo casi la tercera parte de la molécula). Pertenecen a una superfamilia de receptores de citoquinas clase I junto a los de las interleuquinas, factores estimuladores de colonias granulocíticas y macrofágicas y leptinas, entre otras.

Vida media y ritmo circadiano

La PRL es una molécula que posee una vida media significativamente corta, oscilando entre los 5-10 minutos.

Presenta modificaciones normales en sus valores de referencia, entre 5 y 20 ng/ml.
Estas oscilaciones fisiológicas se encuentran determinadas por:

· el sexo, con valores algo mayores en la población femenina;
· el momento vital del individuo con:  incrementos en el feto y los neonatos, el embarazo y la lactancia (con predominio nocturno que aumenta los valores basales), y fase lútea de mujeres en edad reproductiva, mostrando un leve descenso en el sexo masculino luego de la sexta década.

Existe, al igual que con otras sustancias, una variabilidad individual, aún con valores normales.

Posee también un ritmo circadiano con un pico durante la mañana, sin mostrar correlaciones con otros patrones hormonales, lo que sugiere un mecanismo de control diferente a otras hormonas. Su ritmo secretorio es pulsátil con picos cada 95 minutos, generalmente con mayores concentraciones nocturnas. Se segrega en sueño no REM. Se estipula que recién superando los 50 ng/ml se originan cambios biológicos, no siempre con correlación clínica.

Acciones

Posee mecanismos de acción endócrinos, parácrinos y/o autócrinos, que le confieren además de su carácter hormonal un rol como factor de crecimiento, como neurotransmisor y como inmunomodulador.

Clásicamente ha sido asociada a la función maternal, presentando un incremento fisiológico de sus concentraciones plasmáticas durante el embarazo. La estimulación directa de la PRL sobre la glándula mamaria, determina el crecimiento y desarrollo de los alvéolos, promoviendo la síntesis láctea. Por otra parte, el incremento de las demandas metabólicas desarrolladas en este período requiere por parte del organismo una serie de cambios y adaptaciones, donde la PRL participa como hormona anabólica, aumentando la masa grasa y muscular.

Por último, la función maternal lleva implícito también adaptaciones conductuales que se desarrollan tanto en mujeres como en hombres que asumen la función maternal. Respecto de esto, en ratas hipofisectomizadas, se demuestra un enlentecimiento en la aparición de conductas maternales mientras que tras la administración de prolactina disminuye significativamente dicho período de latencia. En monos machos se vió que aquéllos que cargan con sus crías tienen 5 veces mayores concentraciones de prolactina que los que no lo hacen. Es llamativo que en ratas hipofisectomizadas y ovariectomizadas, la GH puede actuar como factor estimulante de la conducta maternal, pero no se ha dilucidado si es a través de sus receptores o de los de PRL.

 

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