Hay sesiones de hasta US$ 600 | 12 JUL 08

Pacientes ricos, un desafío para los psicólogos

No confían en el terapeuta y suelen ser poco constantes.
NUEVA YORK. No hace mucho, un joven titán de los negocios inmobiliarios de Nueva York se sentó en el consultorio de su terapeuta. Como coleccionista de arte estaba pensando en comprar una pintura en US$ 8 millones y algo de la transacción lo hacía sentir intranquilo.

El terapeuta pensó que el paciente sólo estaba tratando de impresionarlo. Esto sucedía siempre que el hombre se sentía inseguro de sí mismo, lo que ocurría la mayor parte del tiempo. Pero en lugar de intentar explorar la ansiedad del paciente, el profesional lo alentó a comprar la obra de arte.

T. Byram Karasu, psiquiatra de Manhattan a quien el terapeuta consultó sobre el paciente, quedó pasmado. "Ese era precisamente el tratamiento inadecuado", afirmó. El trabajo del terapeuta no es reconfortar y revalidar los excesos del paciente. Esas son neurosis.

El doctor Karasu, conocido por ser experto en tratar a personas adineradas y poderosas, a quienes cobra US$ 600 la sesión, reconoció un escollo común entre sus colegas: la gente rica puede ser seductora. "El terapeuta quiere identificarse con los pacientes y comienza a ver que su papel es el de ayudarlos a ser más ricos", dijo. En el proceso, el médico corre el riesgo de convertirse en el álter ego del paciente.

Más de una docena de terapeutas respetados por sus colegas en la ayuda a pacientes extremadamente ricos declararon que, como en el caso del magnate inmobiliario, puede ser duro resistirse a la tentación de adoptar servilmente el punto de vista del paciente.

En algunos casos, los pacientes tratan a sus terapeutas como uno más de los miembros de su entorno de servidores. Algunos terapeutas también citan una gran dificultad con la frustración y los problemas en gente acostumbrada a obtener lo que quiere, y que se resiste a abrirse y a mostrar vulnerabilidad.

Karasu dijo que en los últimos años algo había cambiado. "Los problemas son los mismos, pero la magnitud es diferente -dijo-. En los fondos de inversión no hay un producto, sólo riqueza. Eso es apabullante también para mis pacientes. Pueden ganar mucho dinero rápido y luego perderlo."

Michael H. Stone, psiquiatra de Columbia, dijo que la preponderancia de los pacientes con fortunas logradas por sí mismos, muchas a una edad relativamente temprana, marca un cambio notable. "Antes, mis pacientes eran los hijos de los ricos: herederos que sufrían el abandono de padres del jet set o el miedo a, sin importar lo que hicieran, nunca estar al nivel de los logros de sus padres -recordó-. Hoy veo mucha gente joven, en sus 30 y 40 años, que lograron el dinero por sí mismos."

Stone afirmó que esos dos tipos de pacientes tendían a tener problemas diferentes: "Según mi experiencia, había una alta incidencia de depresión entre los que habían nacido ricos. Contrariamente, hoy la gente que hace fortuna a menudo es tan narcisista que eso excluye la depresión".

Karasu reconoció que no fue inmune a la satisfacción producida por el éxito y la fama de sus pacientes. "La gente acaudalada produce a veces un grado de temor reverencial incluso en sus terapeutas -confesó-. Y son profesionales que trabajan mucho y que cobran de US$ 400 a US$ 500 la hora."

Agregó: "Es el síndrome del rey Ludwig. En el siglo XIX, Bernhard von Gudden era el psiquiatra de la familia real bávara y comenzó a tratar al rey Ludwig II, que era psicótico. Finalmente, ambos se hundieron en un barco. Por eso a quienes tratan a personas ricas les digo: «No entren en los barcos de sus pacientes»".

Janet L. Wolfe, psicóloga de Park Avenue y coautora de un informe sobre las dificultades de atender "mujeres de clase alta", dijo que consideraba que la infelicidad o angustia emocional de una p
 

Comentarios

Para ver los comentarios de sus colegas o para expresar su opinión debe ingresar con su cuenta de IntraMed.

CONTENIDOS RELACIONADOS
AAIP RNBD
Términos y condiciones de uso | Política de privacidad | Todos los derechos reservados | Copyright 1997-2024