
A veces los extremos se cruzan. Este podría ser uno de esos casos. En el país la tasa de chicos vacunados no es la ideal según los parámetros de los especialistas. De hecho, hay casi 500.000 nenes menores de 6 años que no acceden a las vacunas, según datos del Ministerio de Salud. Por qué La mayoría de los casos están absolutamente relacionados con la pobreza, la falta de información y de acceso a los servicios básicos de salud. Y en el otro extremo están aquellos padres informados, pero que practican estilos de vida naturistas, y que se oponen fervientemente a que los obliguen a inocular a sus hijos.
En realidad hay varias discusiones en torno a las vacunas. Por qué hay tantas diferencias en el país con respecto al acceso a las vacunas obligatorias Por qué hay vacunas consideradas importantes por los infectólogos -como la de la gripe- que no están incluidas en el calendario Los padres con recursos económicos deben darle a sus hijos todas las vacunas que existen en el mercado Y para empezar: Son seguras las vacunas Salvo los especialistas del Grupo Vacunas -de la Asociación Médica Homeopática Argentina-, que luchan por la libre vacunación y que sostienen que los riesgos de vacunarse sobrepasan por lejos a los beneficios, el resto de los profesionales consultados por Clarín tienen una postura homogénea: ninguno discute la seguridad de las vacunas y tampoco la importancia "vital" que significa para una población que al menos el 95% de los chicos esté vacunado. De lo contrario, advierten, se forman focos susceptibles para que haya brotes de enfermedades. No hay dudas de que las vacunas fueron el avance más importante en la salud pública del siglo XX. Un ejemplo: en Africa se morían un millón de chicos por año de sarampión. Desde que llegó la vacuna, bajaron a 300.000. Con esos números, poco queda por discutir -dice Fernando Polack, director de la Fundación para la Investigación en Infectología Infantil (Infant)-. Todos los chicos deben recibir todas las vacunas. Los porcentajes bajos de vacunación siempre son un problema. La duda que se plantean algunos padres sobre vacunar o no a sus hijos es un privilegio que pueden darse las clases acomodadas. Yo les diría que dieran una vuelta por Africa para que vean las muertes y las enfermedades que hay donde no llegan las vacunas .
Pablo Bonvehí, jefe de Infectología del CEMIC, sostiene que cuando una enfermedad ya no es visible se pierde el eje de la importancia de la discusión y algunas personas comienzan a preocuparse por otras cuestiones, como la seguridad de las vacunas. Y pone el ejemplo de la polio: No creo que nadie que haya visto sus efectos cuestione a las vacunas. Ya hay mucha evidencia científica que demuestra su efectividad en la erradicación de enfermedades, no sólo la polio sino también el tétanos, la difteria, la viruela. Y nadie comprobó la asociación entre las vacunas y el autismo, que es lo que se suele argumentar .
Bonvehí no duda: No hay que exponer a los hijos al riesgo por cuestiones personales. Si yo fuera chico esperaría que mis padres me vacunaran. Y el Estado debe hacer el mayor esfuerzo inmediato para remediar el déficit de vacunación. Es inadmisible que hoy haya bajas coberturas, que son focos para posibles brotes de enfermedades . En la Argentina las vacunas se distribuyen mal. El extremo es la gente que ni se entera, o que no puede ir a un centro de salud porque no tiene plata para el colectivo. Hay que hacer campañas de información y llegar a la casa de la gente , dice el infectólogo Hugo Paganini, del Hospital Garrahan.
Los funcionarios no niegan la realidad: Aún nos falta para tener tasas ideales de vacunación. Y la baja cobertura repercute en el aumento de algunas enfermedades, como la tos convulsa , explica Ana Speranza, directora del Plan Materno Infantil del Ministerio de Salud. Y cuenta que para remediar esta falla, en las zonas más vulnerables los vacunadores salen a terreno , van casa por casa y a las escuelas. También dice que crearán semanas de la vacunación y un programa de oportunidades perdidas : que ante cualquier consulta al pediatra, se le apliquen al chico las vacunas que no tiene.
Luis Fernández, director nacional de Prevención de Enfermedades y Riesgos del Ministerio, también admite la baja cobertura: Hay que lograr que el 95% de la población esté vacunada, porque esa es la única manera que no haya contagios .
Dos miradas
Oscar Finkelstein
Para los que en las geografías menos favorecidas luchan a diario por obtener recursos elementales para la subsistencia, las vacunas son como un seguro mínimo de prevención, aunque algunas de ellas, incluso, remitan a enfermedades que ya se creían parte del pasado. Pero en grandes ciudades, como Buenos Aires, hay quienes sostienen que la inoculación genera más perjuicios que beneficios. Y hasta sospechan que, quizá, sólo se trate de un extraordinario negocio global.
Radiografía de una medida preventiva clave
Los casos extremos, una curiosidad social
Chaco, Corrientes y, en menor medida, La Rioja son las provincias en las que se registran menores porcentajes de vacunación, especialmente en las segundas dosis de la Triple Viral. Mientras a nivel nacional el promedio de vacunación es del 90% (el deseable según la OMS es 95%), en la Ciudad de Buenos Aires el índice es del 79%, uno de los más bajos del país. .
Contra la obligatoriedad
Para el infectólogo Eduardo Yahbes (Grupo Vacunas), son más efectivas la buena alimentación y el agua. Y, dice, los efectos adversos de las vacunas "son gratuitos".
78,8%
Es el porcentaje nacional más bajo de vacunación. Corresponde a Hepatitis B.
98,6%
Es el índice de cobertura más alto, para la dosis 1 de la Triple Viral (sarampión, rubeola, paperas).
Las otras, en pleno debate
Hoy existen otras vacunas, no incluidas en el calendario obligatorio: antigripal, antimeningocóccica, antipapilomavirus (HPV), antirrotavirus y antivaricela. "Cualquier vacuna que prevenga enfermedades debe aplicarse", sentencia el infectólogo Hugo Paganini. Y da varios ejemplos: Todos los asmáticos severos deberían darse la vacuna de la gripe. También habría que darle la vacuna del rotavirus a todos los chicos que viven en lugares donde no hay agua potable ni cloacas. La vacuna de la varicela es importante, y la segunda dosis de la de hepatitis A también . Miriam Bruno, al frente del Comité de Infectología de la Sociedad Argentina de Pediatría, dice que están analizando varias vacunas para recomendar al Ministerio que las sume al calendario . Para Ana Speranza, a cargo del área de Salud Materno Infantil, está en discusión incorporar la de la gripe y la neumocóccica para menores de 2. Son caras, pero de gran impacto . Y recomienda: Los padres que tengan la posibilidad de dar a sus hijos todas las vacunas, que lo hagan .
Lo que cuestan
La más barata es la BCG ($ 0,30), y la más cara la neumocóccica ($ 90). En el medio, la de hepatitis B ($ 0,75) o la A ($ 23). El presupuesto del Ministerio de Salud para 2008 es de unos US$ 40 millones.