Nuevas realidades asistenciales | 15 ABR 08

Buen día doctor, soy lesbiana

Las organizaciones de mujeres que tienen sexo con mujeres denuncian falta de capacitación de los ginecólogos que las atienden. Médicos y estudiantes admiten que no reciben información específica. Los riesgos para la salud.

Los doctores no saben atender lesbianas

Laura pide turno con el ginecólogo. Llega temprano, espera en la recepción y, cuando la llaman por su apellido, ingresa al consultorio. Es su primera vez con ese médico. Luego de las presentaciones de rigor, el doctor pregunta:

–¿Vos con qué te cuidás? ¿Usás anticonceptivos? ¿Tu marido usa preservativo? No te pregunté: ¿sos casada?

Laura no es casada. Y aunque tuviera en este momento una pareja estable y muchas ganas no podría casarse. Algunas de sus amigas, que llevan años conviviendo en pareja, tampoco son casadas. Laura no toma pastillas anticonceptivas y su pareja no usa preservativos. El doctor da por sobreentendido que Laura es heterosexual y, por lo tanto, no se le ocurre que pueda necesitar otra forma de cuidarse.

Pero ella quería preguntarle a su ginecólogo cómo prevenirse de algunas infecciones de transmisión sexual. Quería consultarle cuál es el riesgo de transmisión del VIH entre mujeres y cómo debería hacer para evitarla. Sin embargo, su ginecólogo sigue hablando solo mientras ella calla, haciéndole preguntas que no puede responder, sin darle la menor posibilidad de corregirlo. Piensa en decirle:

–Espere, doctor. Soy lesbiana.

Pero no lo hace. Se siente incómoda. La última vez fue peor. El doctor con el que había pedido turno (el que figuraba primero en la cartilla de la obra social) se quedó sin palabras cuando ella le dijo que era lesbiana. Agachó la cabeza, le dijo: “Ah, claro”, y apuró la consulta, con una amabilidad forzada. Ella le preguntó por las Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS), y el doctor le contestó que no estaba bien informado sobre las posibilidades de prevención en el sexo entre mujeres y que no sabía qué decirle.

“Muchas mujeres tienen miedo a una reacción hostil cuando dicen que son lesbianas o bisexuales, o a que otras personas se enteren, por ejemplo en pueblos o ciudades pequeñas. Muchas veces no lo dicen y su ginecólogo no les pregunta, perdiendo la oportunidad de que la consulta sirva, por ejemplo, para prevenir una ETS, ya que no reciben la información correcta para la prevención”, explicó a Crítica de la Argentina María Rachid, presidenta de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans.

Varias organizaciones lésbicas, nucleadas en la red Espartiles, reclaman que la heterosexualidad de las pacientes deje de darse por sobreentendida y piden que la capacitación de los profesionales de la medicina incluya información sobre la problemática específica de las mujeres lesbianas y bisexuales. Para ello, lanzaron una campaña titulada “Cambiemos las preguntas”.

Las organizaciones advierten acerca de la necesidad de que los/as profesionales de la salud estén capacitados/as para informar a sus pacientes lesbianas sobre la prevención del contagio del virus del papiloma humano (HPV). Dicho virus puede transmitirse de mujer a mujer en la relación sexual, pero el factor de riesgo principal es no realizarse exámenes ginecológicos, lo que impide la detección temprana.

 

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