La creciente incidencia del cáncer de esófago parece estar relacionada con el aumento del consumo de carbohidratos totales y refinados y con la obesidad que genera este tipo de alimentación. "La similitud en ambas tendencias aumenta la evidencia de la asociación del consumo de carbohidratos, la obesidad y el cáncer", señalan los autores de un nuevo estudio publicado en el “American Journal of Gastroenterology”. Sin embargo, los autores advierten que estas observaciones no reflejan necesariamente el riesgo individual de adenocarcinoma esofágico.
Los investigadores, de la Case Western Reserve University, compararon datos del Instituto Nacional de Oncología sobre adenocarcinoma esofágico (1973-2001) con información de la Base de Datos Nacional de Nutrientes sobre el consumo de alimentos (1909-1997). La incidencia de adenocarcinoma esofágico aumentó durante el estudio y mostró una "sólida correlación" con el consumo de carbohidratos.
Ese cáncer está muy relacionado con el reflujo gastroesofágico, que, a su vez, está vinculado con la obesidad y el alto consumo de carbohidratos, según el estudio. En cambio, el equipo observó una reducción de las tasas de cáncer esofágico de células escamosas, que está más relacionado con el tabaquismo que con el reflujo y la obesidad.
Los autores registraron también una tendencia a consumir gran cantidad de carbohidratos refinados, que son los que poseen más almidón y menos nutrientes que los que se obtienen de los cereales integrales y los alimentos mínimamente procesados. Estos resultados, afirman los autores, destacan la importancia de reducir el consumo de carbohidratos refinados en la dieta..
Se necesitan más estudios para evaluar el riesgo individual de un alto consumo de ese tipo de alimentos, añaden.