Tratamiento | 16 ABR 08

Abscesos perianales en lactantes

El tratamiento no quirúrgico en lactantes se asocia con reducción de formación de fístulas.

Los abscesos perianales en niños menores de 12 meses se asocian con una tasa de progresión a fístula anal del 20 al 80%.
A pesar de la relativa frecuencia con que se diagnostican abscesos perianales, no existe consenso en cuanto al manejo óptimo.
La decisión entre la observación, el uso de antibióticos o la incisión y drenaje a menudo se basa en la experiencia personal del médico.
Esta falta de normatización ocurre por ausencia de datos sobre la recurrencia o progresión de la fístula anal entre las diferentes modalidades terapéuticas.
En muchas instituciones la práctica habitual es incisión y drenaje de los abscesos perianales en niños menores de 12 meses.
La hipótesis de este estudio es que las tasas mas bajas de formación de fístulas se obtienen si no se realiza drenaje quirúrgico.

Métodos

Estudio de cohorte retrospectivo institucional durante un período de 10 años en dos hospitales (Hospital general de Massachussets y Hospital para Niños Enfermos de Toronto, Canadá.
Se contó con la aprobación de los respectivos comités.
Se incluyeron todos los pacientes menores a 12 meses y se les asignó un código según la Clasificación Internacional de Enfermedades, según correspondiera: absceso perianal o fístula anal.
Se identificaron 165 niños, y se pudo realizar seguimiento en 140.

Los abscesos se describieron como fluctuantes o con pus cuando se había realizado la incisión. El tamaño no fue registrado.
La obtención de datos incluyó información demográfica, presencia de síntomas, complicaciones médico - quirúrgicas, progresión de la fístula en el ano, y duración del seguimiento.
La hipótesis de prueba se realizó con el test de x2 para los datos categóricos y Test de Student''s para los datos continuos.
Se realizó un estudio multivariado de regresión logística utilizando el SPSS 14.
La variable dependiente fue el desarrollo de una fístula anal. Las covariables fueron: el hospital, sexo, drenaje quirúrgico, uso de antibióticos, y edad (en meses). Todas las variables fueron dicotómicas, con excepción de la edad, que fue continua.

Resultados

De los 165 niños identificados, los registros completos estuvieron  disponibles para 140 (82 y 58 de cada hospital).
El 96% de los pacientes del hospital de Massachussets  y el 90% de los del hospital de Toronto eran varones.
Los pacientes de ambas instituciones eran comparables en sexo y edad, siendo la media de edad de 3 meses.
El 10% de los pacientes del hospital de Toronto eran inmunocomprometidos: 4 de ellos presentaron neutropenia autoinmune, y 2 neutropenia secundaria a leucemia y fueron sometidos a quimioterapia.

En ninguno de estos pacientes el absceso fue drenado, y ninguno de desarrolló una fístula posteriormente.
No se detectaron pacientes inmunocomprometidos en el otro hospital. Aunque en el hospital de Toronto los pacientes mostraron una incidencia mayor de compromiso inmunológico, la eliminación de estos niños en el análisis no tiene impacto significativo en los resultados.
Entre las 2 instituciones el 59% de los abscesos fueron drenados y el 41% no. 
De los que fueron drenados, el 40% desarrolló una fístula anal en  comparación con el 16% los que no fueron drenados (p.. 001).
Aunque la frecuencia de drenaje de los abscesos difiere entre las 2 instituciones, el drenaje se asocia con un aumento en la incidencia de desarrollo de fístula anal.

En el análisis, las variables que se asociaron significativamente con el desarrollo de fístula anal incluyen la historia de drenaje quirúrgico y el uso de antibióticos.
El drenaje quirúrgico se asoció con un aumento del riesgo de desarrollar fístula anal (OR: 5,1; - IC 95%: 2,0-13,1).
El uso de antibióticos (oral o parenteral) fue protector y se asoció con una reducción del riesgo de formación de la fístula anal (OR: 0,14; - IC95%: 0,06 - 0,33).
En el hospital de Massachusetts, se ha demostrado una mayor tendencia al drenaje quirúrgico, con un 79% de abscesos anales drenados, ya sea en el servicio de urgencias o en el consultorio.
De los drenados quirúrgicamente, 69% desarrolló fístula anal. Del resto (no drenados) solo el 24%.
El uso de antibióticos coadyuvantes no fue consistentemente documentado. El desarrollo posterior de fístula anal no estaba relacionado con la edad al momento del drenaje, aunque el tamaño de la muestra limita el análisis estadístico de estos datos.

En el hospital de Toronto, el 31% los pacientes se sometieron a cirugía de drenaje. Todos menos 2 recibieron antibióticos (oral o parenteral), un paciente recibió antibióticos tópicos y uno no recibió.
De los pacientes sometidos a drenaje, el 28% desarrolló una fístula anal, en comparación con el 12,5% del los pacientes cuyo absceso no había sido drenado (p: 0.20). Aunque esta tendencia no es estadísticamente significativa, esta diferencia del doble en la tasa de formación de fístula, puede ser clínicamente significativa y puede alcanzar significación en una muestra de mayor tamaño.
El sexo, la edad, y la atención en uno u otro hospital no estuvieron significativamente asociados con la formación de la fístula.

 

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