Sufría un tumor incurable | 20 MAR 08

Muere la mujer francesa que había solicitado la eutanasia

Según la Fiscalía, las causas del deceso son 'desconocidas' por el momento.

MADRID | PARÍS.- Chantal Sébire, la mujer que hace unos días vio rechazada por la Justicia su petición de que se le aplicara la eutanasia, ha sido hallada muerta en su domicilio en las cercanías de Dijon, informó la cadena televisiva LCI. El Ministerio del Interior lo ha confirmado.

Chantal Sébire. (Foto: AFP)
Todavía se ignoran las causas de la muerte, según fuentes ministeriales.

Sébire, una maestra de 52 años y madre de tres hijos, había acudido ante la justicia ante los fuertes dolores que le provoca su enfermedad, un tumor nasal poco común que además le ha desfigurado el rostro.

Este lunes el tribunal seguía la petición de la Fiscalía, que había solicitado que no se admitiera la demanda de la enferma por considerar que no podía ser tenida en cuenta "en el estado actual de la ley".

El fiscal de Dijon, Jean-Pierre Allachi, se personó en el domicilio de la difunta y a la salida dijo a la prensa que las causas del deceso "son desconocidas".

La hora de la muerte se sitúa en torno a las 19,30 hora local (18.30 GMT), según el fiscal, quien apuntó que "vamos a tomar muestras y a hacer análisis y sabremos más este jueves", y agregó que "no hay elementos patentes de signos de hemorragia", un problema que Sébire padecía con frecuencia con motivo de su enfermedad.

Debate abierto

El caso de Chantal había reabierto en Francia el debate sobre la eutanasia e, incluso, ha motivado que este mismo miércoles el Gobierno haya encargado al diputado Jean Leonetti (ponente de la legislación de 2005 sobre el tema) un estudio sobre las eventuales lagunas de la legislación.

Ésta era la primera ocasión en la que la justicia francesa se enfrentaba a una demanda de este tipo desde la ley de 2005 sobre el derecho de los enfermos.

Esa legislación contemplaba, en ciertos casos, el derecho a "dejar morir", dejando de administrar tratamiento, pero no permite a los médicos practicar la eutanasia activa.

De acuerdo con esa normativa, a la enferma se le había propuesto la posibilidad de un coma inducido que pudiera aplacar su dolor hasta el momento de la muerte natural.

Pero el deseo de Sébire era morir. Antes de conocer la sentencia del tribunal de Dijon, había declarado estar dispuesta a cumplir con su deseo de morir dignamente e incluso apuntó la posibilidad de desplazarse a Suiza, uno de los países europeos que autoriza la eutanasia activa junto con Holanda y Bélgica

Precisamente, el ministro de asuntos exteriores galo, Bernard Kouchner, se había pronunciado en la mañana del miércoles a favor de su deseo: "Yo tengo mucha admiración y amor por Chantal Sébire", declaró, deseando que se hiciese "una excepción a la ley", que le impedía acceder a la eutanasia. "Sería humano, necesario". Sin embargo, la postura del gobierno francés ha sido opuesta. La ministra de Justicia, por el contrario, había señalado que "la medicina no está para administrar sustancias letales", mientras la ministra de Sanidad Roselyne Bachelot señaló que "ni el mundo médico ni ños poderes públicos saben promover la eutanasia activa".


La Nación

Piden revisar las leyes
Francia: se reaviva el debate por la eutanasia
Tras la muerte de una mujer enferma

PARIS.- Una mujer con un extraño tumor que había deformado gran parte de su cara cumplió ayer con su misteriosa muerte lo que no logró en vida: reavivar el debate sobre la eutanasia en Francia.

Chantal Sébire, de 52 años, fue hallada muerta anteayer en su casa de Dijon por uno de sus tres hijos y aún se desconoce la causa de su muerte. Lo que sí se sabe es que la mujer padecía una atroz dolencia física que le había desfigurado la cara y que no podía recibir morfina para calmar el dolor.

Su repentina muerte, dos días después de que la justicia rechazara su pedido de eutanasia, reinstaló el debate en la sociedad francesa sobre si hay que reformar las leyes que reglamentan el derecho a morir. Una ley de 2005 permite para algunos casos interrumpir los medios artificiales que mantienen con vida a una persona, pero no la práctica de una eutanasia activa.

Horas antes de su muerte, su médico personal, Emmanuel Debost, se reunió con el presidente Nicolas Sarkozy, mientras que el premier, François Fillon, hizo lo mismo con el impulsor de la ley de 2005, Jean Leonetti, para evaluar "la aplicación concreta de la ley". El martes pasado, el canciller Bernard Kouchner -que es médico- se había mostrado favorable a concederle el derecho a morir a Sébire. En tanto, la flamante secretaria de Estado de la Familia, Nadine Morano, se expresó ayer en favor de la creación de una "comisión nacional de eutanasia, a la cual confiar el encargo de estudiar los casos graves y excepcionales".

Sébire sufría desde hacía ocho años un raro tipo de cáncer sin tratamiento. El tumor había penetrado en su cavidad nasal, lo que provocó que su nariz aumentara varias veces su tamaño original, y había expulsado uno de sus ojos de su cavidad. Tenía dificultades para comer, dormía sentada y con frecuencia sufría hemorragias, según relató su abogado, Gilles Antonowicz.

Aún no se sabe qué provocó su muerte -algunos apuntan a un suicidio, algo negado por su familia- ni si habrá una investigación.

 

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