Aniquilamiento | 17 MAR 08

Cada vez más común, el agotamiento emocional

El síndrome burnout una enfermedad laboral que ocasiona detrimento en la salud física y mental de los individuos
Autor/a: Laura Romero 

El síndrome burnout, también llamado de aniquilamiento, de estar quemado, de desmoralización, agotamiento emocional o profesional, es cada vez más común en la sociedad, señaló Alejandra Apiquian Guitart.

Al participar en el Seminario Permanente de Salud en el Trabajo de la Facultad de Medicina, la especialista expuso que para la Organización Mundial de la Salud es una enfermedad laboral que ocasiona detrimento en la salud física y mental de los individuos.
 
Por lo tanto, las personas que lo padecen sufren de ansiedad y angustia, cansancio, debilidad, fatiga, agotamiento, hipersensibilidad emocional, pérdida de concentración, depresión, falta de realización profesional y personal, baja autoestima y disminución del rendimiento laboral, afirmó la también docente de Psicología de la Universidad Anáhuac.

“Es común encontrar gente que llega cansada los lunes o después de las vacaciones, pero eso se debe a un agotamiento emocional”, aclaró.

Ocurre también una despersonalización o deshumanización, que consiste en el desarrollo de actitudes negativas, de insensibilidad y de cinismo. Las personas están irritables, se distancian de los clientes, los pacientes o los compañeros de trabajo. También se presenta la desvalorización en torno a la realización personal, es decir, la tendencia negativa a considerar el propio trabajo. “Hay sentimientos de fracaso y falta de expectativas”, añadió.

Los investigadores han detectado este síndrome principalmente en profesiones relacionadas con el servicio y el trato social, como médicos, enfermeras, docentes, psicólogos, trabajadores sociales, vendedores, empleados bancarios, policías, cuidadores e incluso estudiantes de los últimos años de la carrera.

Reconoció en la conferencia Síndrome Burnout en las Empresas, que es cada vez más común en cualquier persona con trato directo hacia otros. Los síntomas psicosomáticos son: fatiga crónica, cansancio, dolores de cabeza, musculares, de cuello y espalda; insomnio, pérdida o aumento de peso, desórdenes gastrointestinales, malestares en el pecho, palpitaciones, hipertensión, crisis asmática, resfriados frecuentes y aparición de alergias.

Las señales emocionales son irritabilidad, así como ansiedad generalizada y focalizada en el trabajo. Los afectados se quejan de otras personas, están deprimidos y experimentan un sentimiento de “no quiero ir a trabajar”, frustración, aburrimiento, distanciamiento afectivo e impaciencia. Las conductuales se reflejan en apatía, hostilidad, sarcasmo, pesimismo, ausentismo laboral y abuso en el consumo de café, tabaco, alcohol o fármacos. Asimismo, el tono de voz suele elevarse, puntualizó.

 

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