Las personas con enfermedad cardíaca que hacen una actividad física recreativa intensa podrían reducir significativamente el riesgo de que su enfermedad se agrave o de desarrollar complicaciones vasculares.
El equipo dirigido por el Dr. Beate G. Brouwer, del Julius Center for Health Sciences and Primary Care en Utrecht (Países Bajos) encontró que los pacientes físicamente activos con enfermedad cardiovascular eran menos propensos a desarrollar síndrome metabólico que los pacientes sedentarios, incluso cuando tenían el mismo peso corporal. "Es muy importante la actividad física, por lo menos 30 minutos diarios, incluso en las personas con algún problema vascular", señalan los autores. "En los pacientes con enfermedad vascular establecida, la actividad física ayuda a prevenir el síndrome metabólico y la diabetes tipo 2", añade.
El equipo analizó el nivel de actividad física recreativa durante 10 años de 1.097 pacientes, principalmente hombres, de unos 58 años al inicio del estudio. Todos tenían enfermedad coronaria o vascular previa, pero ninguno tenía diabetes tipo 2. El 20% de los participantes practicaba actividad física intensa, es decir, un promedio de más de 30 minutos diarios de caminata. Otro 16% dijo que hacía niveles moderados de actividad física y el 64% era sedentario.
A los 10 años del seguimiento, el 20% de los pacientes que hacían actividad física recreativa desarrolló síndrome metabólico, comparado con el 36% de los participantes sedentarios. Los pacientes más activos tuvieron un 50% menos riesgo de desarrollar el trastorno metabólico que los más sedentarios. Los participantes físicamente activos tuvieron también un 60% menos riesgo de desarrollar resistencia a la insulina que los pacientes inactivos.
La relación entre la actividad física y reducción de la probabilidad de desarrollar síndrome metabólico se mantuvo tras considerar la edad, el género, el índice de masa corporal y el tabaquismo. Estos resultados respaldan las recomendaciones de que los pacientes con problemas cardiovasculares múltiples aumenten la actividad física y hagan otros cambios saludables en el estilo de vida, concluye el equipo.