Por: LA VANGUARDIA. ESPECIAL
Estudios realizados en Estados Unidos estiman que en tres décadas se ha reducido en una hora el promedio de horas de sueño de la población adulta: de 7,7 a 6,9. Las causas de que se duerma menos de lo que sería aconsejable son diversas: personas que trabajan muchas horas o más lejos de casa, o que se acuestan demasiado tarde por ver televisión o por salir mucho. La falta de sueño se da tanto en niños como en adultos.
Los médicos relacionan con el sueño insatisfecho síntomas como la irritabilidad y la falta de concentración y cada día más estudios vinculan a la falta de sueño diversas patologías físicas o mentales .
A la lista de efectos nocivos, los científicos acaban de sumar otro: no dormir merma el control cerebral de las emociones, y la persona reacciona con mayor irracionalidad.
Dormir no es un lujo, como esgrimen algunos en nuestra sociedad, siempre corta de tiempo. Es una necesidad. Su merma afectaría a funciones del organismo cuya relación, en algunos casos, apenas se ha empezado a develar.
Cada vez más personas consultan al médico creyendo que sufren un trastorno cuando, a menudo, se trata sólo de que no duermen lo suficiente, sea por razones laborales, de ocio o por culpa de las preocupaciones.
La acumulación de sueño insatisfecho no es sana. Lo evidencian cada día nuevos estudios. Los últimos demuestran, mediante técnicas de diagnóstico por imágenes, que si se priva a una persona del sueño, el cerebro no sabe controlar las emociones ante estímulos negativos.
Aumenta el número de pacientes, de todas las edades, que van primero al médico de cabecera y después al especialista de hospital porque dicen no descansar, sienten cansancio ya cuando se levantan y ansiedad y somnolencia durante el día. "Vienen porque lo relacionan con un insuficiente descanso y creen que pueden sufrir apnea, o narcolepsia y muchas veces constatamos que el problema es que no duermen las suficientes horas", explica Joan Santamaría, coordinador de la unidad del sueño del hospital Clínic de Barcelona.
"Los menores de edad llegan porque están cansados por la mañana. Las madres creen que pueden tener anemia o se alarman porque en el colegio le dijeron que muestran falta de atención", agrega Odile Romero, médica de la unidad del sueño de neurofisiología del hospital Vall d'Hebron.
El Mundo, España
RIESGO CARDIOVASCULAR
La falta de sueño eleva la tensión arterial de las mujeres
(Foto: LWA-Dann Tardif | CORBIS | COVER)
NUEVA YORK.- Las mujeres que duermen seis horas al día o menos de forma habitual tienen mayor riesgo de desarrollar hipertensión arterial comparado con aquellas que pernoctan al menos siete horas, según un estudio.
Investigadores británicos han descubierto, tras un seguimiento de cinco años a 10.000 adultos, que las mujeres que pasan seis horas o menos al día durmiendo son más propensas a tener la tensión elevada que las que descansan más tiempo.
Comparadas con aquellas que tenían por hábito pasar siete horas entre las sábanas, las que dormían sólo seis tenían un 42% más de posibilidades de ser hipertensas en un futuro. Con una hora menos de sueño, el riesgo era del 31%.
Sin embargo, no se pudo identificar una relación clara entre la cantidad de horas de sueño y la presión arterial entre los hombres, según destacan los autores en la revista 'Hipertensión'.
Los hallazgos sugieren que existe una relación específica del sexo femenino entre la privación de sueño y la hipertensión, según los investigadores, liderados por Francesco P. Capuccio, de la Facultad de Medicina Warwick en Coventry, Reino Unido.
Sin causa conocida
Varios estudios han relacionado la falta de sueño con un aumento del riesgo de tener la tensión alta, diabetes y enfermedad cardiaca. Buena parte de estos trabajos están enfocados en personas con apnea del sueño, pero algunos datos sugieren que el sueño pobre, en ausencia de trastornos del sueño, también representa una amenaza para la salud.
Para este trabajo, Capuccio y sus colegas emplearon información de otro ensayo con 10.300 participantes de 35 a 55 años. El estudio se centra en aquellos individuos que tenían la tensión arterial normal entre 1997 y 1999 y que fueron citados para una segunda fase del ensayo en 2003-2005.
Durante ambos estadios, el 76% y el 68&, respectivamente, del grupo original fueron incluidos en los análisis. En la segunda valoración, el 20% de los participantes fueron diagnosticados de este problema y se comprobó que entre las mujeres, las que menos dormían tenían más riesgo.
Los factores de riesgo cardiaco -como fumar, tener sobrepeso o llevar una vida sedentaria- contribuyeron parcialmente en esta relación. No obstante, se detectó un vínculo independiente entre ambos fenómenos.
Una de las posibles explicaciones, según hipótesis de los expertos, es que la privación de sueño contribuye a elevar la tensión al mantener el sistema nervioso en estado de hiperactividad, lo que afecta a todo el organismo.
De acuerdo con el equipo de Capuccio, serán necesarios más estudios para confirmar este hallazgo y para determinar por qué afecta a las mujeres y no a los hombres.