Estos valores elevados se relacionan con un deterioro cognitivo moderado
ÁNGELES LÓPEZ
MADRID.- Desde hace tiempo se sabe que el depósito de ácido úrico en las articulaciones es la causa de la gota, una enfermedad que conlleva inflamación y dolor en piernas y pies. Sin embargo, parece que hay otra razón para tener controlados los niveles de esta sustancia. Según los resultados de un estudio, las personas con una concentración en el límite superior de lo que se considera un valor normal son más propensas a sufrir los llamados 'mini-ictus', ataques isquémicos transitorios.
En los últimos años han aparecido estudios con resultados contradictorios sobre el efecto que genera el ácido úrico en el organismo. Ahora se reconoce que esta sustancia es un antioxidante natural cuyas concentraciones en sangre son casi 10 veces superores a las de otros antioxidantes, como la vitamina C o la E. Sin embargo, varios trabajos han relacionado los niveles elevados de este compuesto con la hipertensión, la aterosclerosis o con un mayor riesgo de deterioro cognitivo o demencia.
Para valorar si el ácido úrico contribuye a la generación de daño cerebral, investigadores de la Universidad Johns Hopkins (en EEUU) han llevado a cabo un estudio en el que han analizado los datos de 85 hombres y 92 mujeres con una edad entre los 20 y 92 años. Los participantes tenían unas cifras de ácido úrico situadas entre el intervalo que se considera normal, de los 3,4 a los 7 mg/dl.
Se trataba de buscar y visualizar, mediante una resonancia magnética, la presencia de hiperintensidad en la materia blanca. Cuando el cerebro no recibe el suficiente oxígeno debido a la presencia de coágulos o a la rotura de algún vaso, las células se dañan. En las primeras horas, aparece un edema que, en las imágenes obtenidas con una resonancia, se ve como una zona más marcada.
Según el trabajo, cuyos resultados publica la revista 'Neurology', los participantes con unos niveles ligeramente altos de ácido úrico tenían un volumen de hiperintensidad (área dañada) 2,6 veces superior que los que presentaban unos valores más bajos. Entre las personas de 60 o más años, aquellas con unas cifras normales tirando a altas tenían de cuatro a cinco veces más volumen de materia blanca alterada que las otras.
De esta forma, los investigadores establecen que concentraciones mayores o iguales a los 5,75 mg/dl en los hombres y de 4,8 mg/dl en las mujeres se podrían considerar cifras ligeramente altas.
Estos resultados "podrían ofrecer una explicación parcial de la asociación observada en anteriores estudios entre un nivel ligeramente alto de ácido úrico y disfunción cognitiva moderada en adultos mayores", señalan los autores del estudio.
Por este motivo, los investigadores recomiendan que se deberían llevar a cabo nuevos estudios para determinar si medicamentos que disminuyen las cifras de ácido úrico pueden reducir la enfermedad isquémica cerebral o mejorar la función cognitiva en personas mayores con unos niveles ligeramente altos de esta sustancia.
Un tratamiento eficaz contra el ictus
Por otro lado, otra investigación, publicada también por 'Neurology', demuestra la utilidad del empleo de minociclina, un tipo de antibiótico, cuando se administra en los primeros cinco días tras un ictus. Según el trabajo, en el que se comparó la evolución de 152 pacientes que recibieron este fármaco o un placebo, la utilización de la minociclina se asoció con mejores resultados clínicos. A todos los participantes se les ofreció también la terapia estándar que se utiliza en las primeras horas tras un ictus.
Según los autores del estudio, del Centro Médico Edith Wolfson en Israel, estos resultados podrían explicarse por la inducción de diferentes mecanismos que genera este medicamento. Uno de ellos es su efecto antiapoptosis, es decir, la minociclina previene la muerte celular que suele producirse después de un episodio isquémico.
"Aunque los resultados son prometedores se precisan de estudios mayores, a doble ciego para confirmar nuestros datos", señala Yair Lampl, uno de los investigadores. "Otros estudios son también necesarios para buscar la dosis idónea y si la administración intravenosa del fármaco puede ser más eficaz [que la oral]".