Fibromialgia | 21 SEP 07

Tratamiento del dolor en pacientes con fibromialgia

El dolor crónico es una de las quejas más usuales a las que se enfrenta el médico.1 La fibromialgia (FM) es la etiología más común cuando se habla de dolor difuso y no específico; es una condición frecuente que involucra hasta 5% de las consultas del médico general y hasta 20% de la consulta de reumatología.
Autor/a: Angélica H. Peña Ayala, reumatóloga e investigadora del Departamento de Reumatología del Instituto N Vol.V / No.3 / Marzo-Abril / 2007
Introducción

En un estudio realizado en Wichita, Kansas, la frecuencia de FM en la población general fue de 3.4% en mujeres y 0.5% en hombres. Se observó que la prevalencia incrementaba con la edad, con un pico máximo entre los 55 y 79 años.2 En 1990, el Colegio Americano de Reumatología3 estableció los criterios de clasificación para la FM:
• Historia de dolor difuso de tres meses o más
• Poseer al menos 11 de los 18 puntos dolorosos durante la exploración física mediante palpación digital con una fuerza de 4 kg

Manifestaciones clínicas
Dolor. El dolor generalizado es el síntoma pivote de la FM. Se percibe que el dolor se origina en las inserciones musculares, aunque comúnmente lo refieren localizado en
el área periarticular. El dolor se caracteriza por ser persistente, en ocasiones con sensación ardorosa; se acompaña de rigidez articular que empeora por las mañanas, lo que puede confundirse con otras patologías reumatológicas, como las artropatías inflamatorias. El dolor y la rigidez de la FM tienen variación diurna, con un nadir entre las 11 y 15 horas. Los síntomas incrementan su intensidad con el paso del tiempo, aunque existen recaídas relacionadas con ejercicio, infecciones sistémicas, lesiones de tejidos blandos, falta de sueño, exposición al frío y estrés psicológico.

Fatiga. El estrés emocional y la fatiga fácil después del ejercicio físico o mental son típicos de la FM. La etiología es multifactorial,  aunque han sido estudiados algunos factores de riesgo: sueño no reparador, depresión, pobres mecanismos de adaptación y disfunción endocrina secundaria que involucra al eje hipotálamo- hipófisis-suprarrenales y la deficiencia de hormona del crecimiento.

Trastornos del sueño. Es una característica prácticamente universal. En caso de completar un periodo normal de sueño de 8 a 10 horas, se refiere como no reparador.
Trastornos asociados. No es raro que los pacientes con FM presenten diversas manifestaciones somáticas además del dolor músculo-esquelético. Se piensa que estos síntomas son en parte resultado de un proceso sensorial anormal.

• Síndrome de piernas inquietas. Es la sintomatología diurna de sensaciones inusuales en los miembros inferiores que se describen como parestesias y que ocasionan
falta de reposo, ya que la marcha y el movimiento disminuyen la sintomatología. Casi siempre se acompaña de mioclonías del sueño. Esta manifestación se reporta hasta en 31% de los pacientes con FM vs. 2% de los controles.
• Síndrome de intestino irritable. Se presenta hasta en 60% de las personas con FM vs. 20% de la población en general. Existe dolor abdominal acompañado de distensión
y alteración de los hábitos de defecación (constipación, diarrea o alternos).
El dolor se mitiga con la evacuación del intestino.
• Síndrome de vejiga irritable. Se detecta hasta en 40 a 60% de los pacientes. El diagnóstico inicial se confunde frecuentemente con infecciones del tracto urinario, cistitis
intersticial o condiciones ginecológicas. Los síntomas más comunes son dolor suprapúbico con urgencia urinaria acompañado de disuria y poliaquiuria.
• Disfunción cognitiva. Es muy común que afecte la situación laboral del paciente, ya que se puede confundir con trastornos neurodegenerativos; se relaciona en parte con
los efectos distractores del dolor, fatiga mental y estrés psicológico.
• Intolerancia al frío. Hasta 30% de los individuos con FM la padece; algunos presentan un verdadero fenómeno de Raynaud.
• Temblor. Es una manifestación común. Dentro de las causas tratables se encuentran la disfunción propioceptiva secundaria a atrofia muscular, dolor en puntos gatillo de
síndrome miofascial en los músculos esternocleidomastoideos y otros músculos del cuello, hipotensión neurológicamente mediada y efectos colaterales de medicamentos.

 

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