Evolución de la especie | 03 JUN 07

Los antepasados del hombre iban ya erguidos por los árboles

Un estudio sobre orangutanes de Sumatra muestra que son bípedos.

A. R.  -  Madrid 
 
Pese a que el bipedalismo, el caminar erguido, se considera una característica particular de los ancestros humanos, que habrían adquirido cuando bajaron de los árboles para vivir en la sabana, un estudio muestra ahora que también los orangutanes se desplazan a menudo por los árboles apoyándose en sus dos patas traseras por los árboles. El hallazgo cuestiona el carácter definitorio del bipedalismo que separa a los hombres de los monos. En los grandes árboles de la selva tropical de Sumatra (Indonesia), los orangutanes combinan varias formas de desplazamiento, y cuando quieren comerse los mejores frutos, que suelen estar en las ramas periféricas y más delgadas del árbol, se mueven sobre sus dos extremidades posteriores utilizando las anteriores como ayuda, sobre todo para balancearse. Es lo que los especialistas denominan "bipedalismo asistido con las manos" y lo han observado y documentado a fondo unos científicos que exponen hoy sus conclusiones en la revista Science. Cuando los orangutanes se mueven por las ramas intermedias del árbol suelen utilizar más los brazos, y en realidad sólo caminan a cuatro patas cuando van por las ramas gordas.

Una de las investigadoras, Susannah Thorpe (Universidad de Birmingham, Reino Unido) pasó todo un año en la selva haciendo trabajo de campo y registrando más de 3.000 ejemplos de movimiento de los orangutanes.

Pero el interés de la investigación no se limita al desplazamiento y los hábitos de esos animales, sino que puede tener gran impacto en la paleontología humana. Para los expertos que estudian la evolución de los antepasados del hombre, la capacidad de caminar con las dos piernas habría surgido en los simios de los que descienden chimpancés, gorilas y humanos, que caminarían a cuatro patas al bajar de los árboles y empezar a explotar los recursos de la sabana.

Nuestros antepasados evolucionarían luego hacia el bipedalismo, liberando las manos. De ahí a llevar un palo, un fruto o cualquier otra cosa útil para sobrevivir mejor en el suelo habría una trayectoria obvia.

Pero en los últimos años el bipedalismo ha sido cuestionado como frontera entre monos y humanos. Por una parte, se ha deducido que varios homínidos antiguos vivieron en zonas boscosas. Por otro lado, en algunos fósiles de más de más de cuatro millones de años que podrían estar en la rama evolutiva humana, no está claro su total bipedalismo.

Robin Crompton, científico de la Universidad de Liverpool y coautor de la investigación de los orangutanes ha comentado: "Si estamos en lo correcto, no se puede confiar en el bipedalismo para decir si [un ejemplar] se trata de un humano o de otro ancestro simio. Cada vez resulta más complicado definir qué es humano y qué es simiesco, y nuestro trabajo lo dificulta aún más".

Las observaciones minuciosas de los orangutanes han mostrado que además de utilizar sobre todo sus piernas cuando van a las ramas a por frutos, también mantienen se mantienen erguidos cuando están parados en ramas que se doblan. Además, se sirven de las extremidades traseras para llegar más lejos cuando van de un árbol a otro.

Los científicos sugieren hoy en Science que en algún momento hace entre 24 y cinco millones de años, cambió el clima en África central y oriental, la selva se fragmentó y empezaron a abrirse claros que los simios no podían sortear desplazándose únicamente por las copas de los árboles.

Los antepasados del hombre, ya bípedos, bajarían de los árboles altos y empezarían a explotar los recursos del suelo y de la vegetación de poca altura, mientras que los chimpancés y los gorilas se especializarían en trepar verticalmente por los árboles, desde el suelo a la copa, y caminarían sobre

 

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