Seguridad vial | 02 ABR 07

La carrocería eres tú

Accidentes como el del piloto de raid Isidre Esteve alertan de los peligros de conducir sobre dos ruedas. Miles de moteros españoles sucumben cada año por no utilizar en la carretera los dispositivos de protección que ya usan los profesionales.
Fuente: El Mundo, España 

Alejandra Rodríguez

El piloto Dani Torres, campeón de la Red Bull X-Fighters 2007 (Foto: Reuters)

El mundo del motor se ha visto sacudido por un trágico accidente ocurrido el pasado sábado en la prueba inaugural del Campeonato de España de rallys todo terreno. Isidre Esteve, uno de los pilotos más prestigiosos de raid y especialista en el Dakar, sufría una terrible caída y perdía la movilidad en las piernas por el fortísimo traumatismo medular causado por el estallido de dos vértebras torácicas. El mismo día, durante el entrenamiento oficial del Campeonato del Mundo de MotoGP el italiano Roberto Locatelli, que compite en la categoría de 250 cc, se salía del trazado e impactaba violentamente contra las protecciones. Los médicos se vieron obligados a inducirle un coma farmacológico para valorar y controlar el alcance de sus espectaculares lesiones (traumatismo torácico y craneoencefálico, fracturas en la tibia y peroné derechos, tobillo izquierdo, clavícula y varios huesos de la cara; pómulos, mandíbula y órbitas oculares).

Ambos deportistas se enfrentan a duras y largas sesiones de rehabilitación. Sus accidentes han avivado la polémica sobre la normativa o las características de las instalaciones pero, además, han puesto de manifiesto una vez más que, de la misma manera que los profesionales van pertrechados con todo tipo de medidas de seguridad, los 'moteros' aficionados deben concienciarse más en este sentido.

En un caso de traumatismo medular tan severo como el de Esteve, la celeridad en las primeras horas es vital de cara a recuperar las funciones neurológicas que han quedado dañadas.

En este tiempo, se administran corticoides y antiinflamatorios para eliminar el edema local y facilitar el restablecimiento de la transmisión nerviosa en la médula espinal. Durante 48 o 72 horas se observa si reaparecen los reflejos motores que se han perdido. Entre tanto, es esencial descomprimir el canal medular para favorecer que la transmisión de los impulsos nerviosos no encuentre obstáculos.

Sin embargo, en el caso de Esteve este procedimiento no ha podido ser tan precoz porque, debido al hemoneumotórax (penetración de aire y sangre en la cavidad pleural) que sufría su paso por el quirófano hubiera supuesto un serio riesgo para la vida. En cualquier caso, desaparecido este impedimento el motociclista pasó ayer por la mesa de operaciones, ya que los médicos, tenían que estabilizar su columna vertebral para enderezarle el tronco.

«Una vez que se confirma que hay un daño neurológico instaurado es necesario centrarse en la recuperación funcional, no puede dejarse la columna inestable para evitar malformaciones y otras complicaciones», explicó a SALUD el doctor Rodrigo Carrillo, cirujano especialista en este área, de la clínica iQtra Traumatología y Medicina Avanzada de Madrid.

De esta manera, los facultativos han tenido que servirse de tornillos, placas y diferentes dispositivos para apuntalar las zonas anterior y posterior de la columna vertebral hasta que el paciente pueda adoptar una postura erguida. El objetivo es impedir que el encorvamiento de la espalda que se produciría en caso de dejar la columna rota dificulte la respiración y el correcto funcionamiento de los órganos abdominales.

En adelante, el motociclista tendrá que hacer ejercicios de rehabilitación para potenciar el tren superior de su cuerpo y lograr la mayor rehabilitación neurológica posible, un punto que los facultativos dicen no poder prever actualemente.

«El proceso es muy lento. No podemos esperar un cambio inmediato», declaraba Carlos villanueva, jefe de la unidad de cirugía de columna del Hospital Vall d'Hebrón de Barcelona, centro en el que ha permanecido ingresado Esteve estos días.

Por su parte, Locatelli ya ha sido trasladado al Hospital de Ballaria (Bolonia, Italia) donde debe continuar su recuperación. A pesar de no haber sufrido daños neurológicos, los cirujanos maxilofaciales y los traumatólogos deportivos tendrán que hacer un trabajo de artesanía para reconstruir los huesos de las extremidades y del rostro del italiano.

Los usuarios

A la vista de percances como estos, cabe plantearse la cuestión de por qué si los pilotos profesionales van provistos de todo tipo de medidas de protección y seguridad para minimizar el gran peligro que corren, los usuarios convencionales no hacen lo propio, teniendo en cuenta que no tienen tanta experiencia como sus ídolos y que, además, el circuito por el que tienen que usar sus monturas (carreteras normales y entornos urbanos) no está trazado para evitar caídas e incidentes a los apasionados de las motocicletas. Según los especialistas consultados por SALUD, la mayoría de la población todavía percibe que las características, exigencias y particularidades de los profesionales no son las mismas que las de los aficionados y que, por lo tanto, los riesgos tampoco son iguales. Nada más lejos de la realidad.

«De todos los pacientes que ingresan en nuestro centro, el 50% lo hace por un accidente de tráfico. De éstos, el 25% se debe a un percance con la moto. Además, sabiendo que la mayoría de la gente se mueve todavía en coche, la cifra es realmente alta», explica Ana Esclarín, médico rehabilitadora del Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo.

La estadística indica que las extremidades superiores e inferiores son las más castigadas (en cuanto a número de casos) en los accidentes de moto. Sin embargo, los traumatismos en la columna suelen ser mucho más graves.

«Prácticamente todo el mundo usa casco; pero hay muy pocos que lleven refuerzos en la espalda (armaduras o espalderas) para proteger la columna; una zona que, al fin y al cabo está muy al descubierto», resume la especialista.

Esclarín matiza que «la lesión que ha tenido Isidre Esteve, aunque también ocurre, no es la más habitual; lo más frecuente son traumatismos más altos, en el nivel de las vértebras cervicales; que también suelen revestir más severidad».

Y es que el cuello es una de las zonas más vulnerables del cuerpo humano

 

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