Es más frecuente en el sur del país | 11 MAR 07

Depresión otoñal, un trastorno que llega con los días más cortos

Se debe a una mayor producción de melatonina, por el menor tiempo de luz solar.

Los primeros fríos, los días que se acortan, la vuelta al deber y el fin de las promesas veraniegas desaniman y ponen melancólicos a muchos. A otros, la llegada del otoño los sumerge en una verdadera y absoluta depresión estacional.

"La depresión otoñal no es pasajera, sino que es periódica, y tiene que ver con la disminución de la luz", dice la psicóloga Graciela Moreschi. Y explica que este trastorno, también llamado afectivo-estacional, TAE o SAD (por las siglas en inglés de season affective disorder ), puede variar de leve a depresión mayor e incluso ser expresión de un trastorno bipolar.

El cronobiólogo Diego Golombek precisa que el TAE tiene síntomas muy parecidos a los de la depresión, y que si bien pueden aparecer en otoño, sus manifestaciones son más comunes en invierno -cuando las horas de luz se reducen- y en latitudes más bien extremas. Como en los países nórdicos, donde suele asociarse este trastorno con altas tasas de suicidios."En la Argentina, el TAE es bastante frecuente en el Sur", agrega Golombek.

Para la psicóloga Evangelina Grapsas, de la asociación Psicólogos y Psiquiatras de Buenos Aires, el desánimo que algunos sentimos durante esta estación tiene que ver, además de con cuestiones fisiológicas, con una sensación de pérdida y de culminación de una etapa. "Lo mismo pasa cuando termina el fin de semana. Nos bajoneamos porque algo llega su fin, y tendemos a enfocarnos en lo que perdemos, en lugar de hacerlo en lo que ganaremos", afirma.

"Para muchos, la depresión está siempre al acecho, y bastan pequeños cambios externos o alguna decepción para que todo parezca gris y la vida se convierta en un escenario donde no hay soluciones", dice Hugo Litvinoff, didacta de la Asociación Psicoanalítica Argentina. El especialista señala, no obstante, que el abatimiento estacional no es una patología específica, sino un fenómeno frecuente en personas depresivas.

Moreschi explica que la falta de luz propia del otoño genera un aumento en la producción de la melatonina, hormona segregada por la glándula pineal -que se conoce como hormona del sueño-, relacionada con varios trastornos psiquiátricos, como la depresión no estacional o el trastorno bipolar. "Su influencia se estudia también en las alteraciones del sueño y en el jet lag ", agrega.

El TAE podría ser, en palabras de Golombek, un resabio de hibernación, de un pasado en el que éramos "bichos más estacionales en nuestro comportamiento y en nuestra fisiología". Y

 

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