Informe del European Youth Heart Study

Riesgo metabólico en la infancia

El tiempo frente al televisor y la actividad física están independientemente asociados con el riesgo metabólico en la infancia

Introducción

Durante eones de tiempo, los homínidos estuvieron físicamente muy activos, pero en los últimos 100 años la energía proveniente de material fósil redujo en forma dramática la actividad muscular. A esto se agregó el advenimiento de la televisión (TV) y el empleo de la computadora que seduce a las personas a pasar horas diarias sentadas ante estos artefactos. Obviamente surge con facilidad el concepto de que el tiempo de TV y la inactividad física pueden estar involucrados en la epidemia de sobrepeso y obesidad infantil.

Hasta hace poco tiempo, diversos factores de riesgo de enfermedad cardiovascular (ECV) y metabólicos (hipertensión, dislipidemia, obesidad y alteraciones del metabolismo de la glucosa y de la insulina), fueron estudiados y observados solamente en los adultos.

Actualmente, estos factores están siendo estudiados también en los niños.
La obesidad infantil es un problema de rápido crecimiento. Hace 25 años el sobrepeso en los niños era un hallazgo infrecuente. Actualmente, 155 millones de niños del mundo tienen sobrepeso y de esos, más de 40 millones son obesos.

El sobrepeso en la infancia es preocupante porque constituye uno de los factores del llamado riesgo metabólico que aumenta la posibilidad de desarrollar diabetes, ECV y accidente cerebrovascular durante la etapa adulta. Otro de los factores de riesgo metabólico son la obesidad abdominal, la dislipidemia, la hipertensión arterial y la forma en que el organismo utiliza la insulina y la glucosa. Esta población infantil y adolescente con sobrepeso tiende a ser físicamente menos activa y consume más calorías. El exceso de tiempo de TV está relacionado con la obesidad, pero no está establecida la magnitud de la relación. Asimismo, siempre existió la sospecha de que el tiempo de TV producía obesidad a través de un mecanismo de reducción de la actividad física.

Este estudio tiene como objetivo evaluar estas asociaciones en una gran población infantil.

Métodos

El European Youth Heart Study (EYHS) se diseñó para examinar la naturaleza, potencia, e interacciones entre el estilo de vida y los factores de riesgo de ECV en niños de diversas áreas de Europa.

Este estudio de corte transversal incluyó a 1.092 niños entre 9 y 10 años de edad y 829 adolescentes de 15 a 16 años de edad de ambos sexos que fueron incorporados durante 1997 y 2000. Los participantes provinieron de 3 áreas geográficas de Europa: la ciudad de Odense en Dinamarca, la ciudad de Tartu en Estonia y la isla de Madeira, Portugal. Por lo tanto los niños pertenecían a diversos ambientes geográficos, culturales y socio-económicos.

De una población final de 1485 participantes se lograron completar las siguientes determinaciones:


• Peso al nacer, peso actual y altura.

• Índice de masa corporal (IMC).

• Presión arterial (promedio de 5 determinaciones).

• Tabaquismo

• Estado socio-económico de los padres.

• Tiempo de TV y frecuencia de comidas durante el tiempo de TV.

• Tabaquismo.
• Actividad física medida con un acelerómetro ajustado a la cadera. Los datos acumulados eran luego descargados en un programa de computación.

• HDL, colesterol y triglicéridos.

• Glucemia en ayunas.

• Valores de insulina.

• Puntuación de riesgo metabólico. Esta variable se obtuvo sumando los componentes del síndrome metabólico (obesidad abdominal, hipertensión, hiperglucemia, aumento de resistencia a la insulina, valores bajos de HDL y elevados de triglicéridos).

Resultados

El 85% de los niños tenían peso normal, 12% tenían sobrepeso y 3% eran obesos. Cuando todos estos datos fueron analizados los investigadores encontraron que el tiempo de TV estaba ligeramente asociado con los componentes de riesgo metabólico. Esto se debió a la relación entre obesidad y tiempo de TV. Los niños con más tiempo de TV eran los más obesos. El tiempo de TV estaba significativamente y positivamente asociado con la adiposidad (p = 0,021) y la insulina en ayunas (p = 0,013). Sin embargo, el tiempo de TV no estaba significativamente relacionado con la actividad física y esta ausencia de correlación persistió luego de ajustar para otras variables. Esto sugiere que el tiempo de TV y la actividad física constituyen entidades separadas.

Por otra parte, la actividad física estaba significativamente e independientemente asociada con la insulina en ayunas, la glucemia y la presión arterial sistólica y diastólica (p <0,0001 en todos los casos) y con los triglicéridos (p = 0,009), pero no con la obesidad y los componentes de riesgo metabólico.

Los niños más activos no eran necesariamente los que tenían menos tiempo de TV.

¿Qué significado tienen estos hallazgos?

Estos resultados sugieren que, contrariamente a la creencia general, el tiempo de TV no daña la salud de los niños a través de una reducción de la actividad física. El hallazgo de que el tiempo de TV con los factores de riesgo metabólico es mediado por la obesidad, sugiere que combatiendo determinados comportamientos como alimentarse (particularmente con comida chatarra) mientras se observa TV puede mejorar la salud de los niños.

Una limitación de este estudio radica en la posibilidad de que los niños encuestados informen en forma inadecuada sus hábitos y el tiempo de TV. Por otra parte, debido a que la determinación de los factores de riesgo se realizó solo una vez, es imposible establecer si es el tiempo de TV o la actividad física el que aumenta los factores de riesgo metabólico.

De todas maneras, estos resultados sugieren en forma contundente que la actividad física es beneficiosa en relación con los factores de riesgo metabólico, pero lo es menos en relación con la obesidad. El tiempo de TV y la actividad física deberían ser tratados como objetivos separados en los programas diseñados para revertir la obesidad y el síndrome metabólico en los niños.