Ya se sabía que el enojo y la ira podían provocar problemas cardiovasculares. Un estudio realizado en la Universidad de Harvard comprobó ahora que esas manifestaciones tampoco les hace bien a los pulmones.
Llegaron a esa conclusión luego de seguir los hábitos de 670 veteranos militares y ver que la función pulmonar era más pobre en aquellos que manifestaban niveles más altos de hostilidad.
Los relevamientos comenzaron en 1986 cuando el equipo de Rosalind Wright, de la Facultad de Medicina de Harvard, les realizó una serie de cuestionarios a esos 670 veteranos de entre 45 y 86 años. El objetivo de las preguntas era conocer su grado de hostilidad y su forma de manejar situaciones conflictivas.
También se midió en ese año la función pulmonar (la capacidad respiratoria que presentaban sus pulmones, entre otras variables) y se repitió la obtención de esos datos en los 8 años siguientes.
Los cálculos de la función pulmonar se realizaron cada 3 años. Los hombres que habían obtenido un puntaje bajo en su función pulmonar se mantuvieron así a lo largo del tiempo, y coincidieron además con el cuadro de mayor hostilidad e ira.
Al presentar los resultados de su estudio, Wright destacó que: "Una persona que tienda a ser hostil podría ser propensa a adoptar estrategias negativas de confrontación, como fumar. Pero aquí controlamos el factor tabaquismo para que no interfiriera en nuestros resultados".
De ese modo se pudo relacionar el descenso de la función pulmonar exclusivamente a esos cuadros de hostilidad. Esto no significa que todas las personas iracundas desarrollarán problemas respiratorios, pero sí está probado que si eso ocurre, bien podría ser por esa relación de ira con capacidad pulmonar.
"No es casual que se haya realizado este estudio —le señaló a Clarín Daniel López Rosetti, presidente de la Sociedad Argentina de Medicina del Estrés— porque todos recordarán que antiguamente se estudiaba al aparato cardiorrespiratorio en conjunto, como una unidad. Es decir, que se podría comentar que lo que le hace mal al corazón, también afecta a los pulmones".
"Nuestros colegas psicólogos trabajaron bastante bien en el laboratorio el tema del estrés psicológico, la ansiedad y los estados emocionales negativos como la agresividad, que pueden desestabilizar la función inmunológica (las defensas que tiene el organismo) y desencadenar algunos procesos inflamatorios", fundamentó Wright.
Ante esa evidencia, lo mejor es incorporar cuanto antes mecanismos para controlar la ira. Eso es posible porque, según el cardiólogo López Rosetti, las tres definiciones que existen para las situaciones de ira proponen en sí mismas recomendaciones que conviene aprehender. "Hay tres estados de ira: in, out y control. Como sus nombres lo indican, la primera es aquella que no se manifiesta, que se queda adentro; la segunda se exterioriza pero de forma exagerada. La ideal es la tercera, control, aquella que propone sacar todo afuera pero de forma social, planificada, inteligente. Es decir, a través de una conversación que puede llevarse a cabo al día siguiente", sugiere el cardiólogo. Es decir, mejor "explotar", pero civilizadamente.
No fumar y comer manzana
Uno de los consejos más divulgados sobre cómo proteger a los pulmones tienen que ver con dejar de fumar. Es el más acertado, el más viejo y el que no siempre se tiene en cuenta. ¿Qué más se puede hacer?
Otro estudio publicado en la revista especializada Thórax revela que una manzana por día puede ser la solución. Eso se probó luego de evaluar la función pulmonar de 2.500 hombres entre 45 y 59 años. Se repitieron las pruebas durante 5 años y revelaron que aquellos que comían 5 o 6 manzanas semanales tenían un mejor funcionamiento en sus pulmones. Los autores del relevamiento agregaron que la queracetina (sustancia también presente en la cebolla, el té y el vino tinto) protegería a esos órganos del contacto con el tabaco y la polución.
Cáncer de tiroides
Un informe de la Sociedad Americana de Oncología reveló que se nota un aumento sorprendente de los casos de cáncer de tiroides en los Estados Unidos. No hay sospechas sobre las causas de esta tendencia.