Epidemiología | 04 SEP 06

ACV su frecuencia es iguale o superior que los ataques cardíacos

Auque tienen menor mortalidad que en los infartos coronarios, las secuelas pueden ser mucho más invalidantes. Por lo tanto, los especialistas aconsejan difundir las señales de alerta que permiten detectar precozmente los riesgos de un ataque cerebral, para poder tratarlo eficazmente.

Los ataques cerebrovasculares representan la segunda causa de muerte en los países desarrollados, después de la enfermedad coronaria, y por encima del cáncer de pulmón y del cáncer de mama, y constituyen la primera causa de incapacidad severa en adultos. Esta es una enfermedad que no aparece de casualidad, sino que se presenta entre las personas que tienen algún factor de riesgo, de los cuales la hipertensión arterial es el más importante; y sus consecuencias van desde daños neurológicos (debilidad o pérdida de sensibilidad en un lado del cuerpo, incapacidad de comunicarse -afasia-, trastornos del equilibrio y/ o trastornos visuales) hasta la propia muerte.

En algunos casos, estos cuadros son reversibles, pero en otros dejan severas secuelas que necesitan ser tratadas mediante estrategias de rehabilitación. En las personas que ya han padecido un ataque cerebral, por ejemplo, se calcula que entre un 20 y un 30% va a sufrir un segundo episodio, y entre un 5 y un 10% será durante el primer año", según un informe del Instituto FLENI. Todo esto refuerza la recomendación de poner especial énfasis en los tratamientos y en la modificación de los factores de riesgo. Al respecto, Pedro Lylyk, neurocirujano y presidente de la Fundación para el Estudio de las Neurociencias y la Radiología Intervensionista, señala que "los factores de riesgo de los accidentes cerebrovasculares son, además de la hipertensión, el colesterol elevado, la diabetes, el cigarrillo, una dieta rica en grasas y sal, la falta de ejercicio físico, arritmias cardíacas, y la falta de consultas al médico, entre otros.

El control y la modificación de estos factores de riesgo disminuye ostensiblemente el pronóstico de padecer un ataque cerebral". El especialista, quien realizó una revisión del último estudio sobre enfermedad vascular realizado en Inglaterra por la Universidad de Oxford, sobre la incidencia de este tipo de eventos en 92.000 habitantes de la localidad de Oxfordshire seguidos durante 3 años (2002-2005), afirma que "la investigación mostró que la enfermedad vascular isquémica cerebral es igual o más frecuente que la coronaria (45% y 42% respectivamente). Cifras que surgen de los 1657 individuos que sufrieron en ese período accidentes vasculares. La diferencia radica en que el stroke o accidente cerebrovascular (ACV) presenta menor mortalidad que los ataques cardíacos, pero debe enfatizarse que la secuela es mucho más invalidante".

Por lo que considera necesario difundir las señales de alerta que permitirían detectar precozmente los riesgos de un ACV, para poder tratarlo eficazmente. Los autores de este estudio británico destacan que "los acontecimientos vasculares coronarios, cerebrovasculares, y periféricos o arteriales agudos, tienen una patología arterial subyacente común, factores de riesgo, y tratamientos preventivos, pero raramente se estudian concurrentemente". Y agregan, que aunque los trabajos "recogidos demuestran que la enfermedad cardíaca coronaria es la causa principal de la muerte en la mayoría de los países desarrollados; y que los acontecimientos cerebovasculares son menos fatales, este último es más probable que cause una inhabilidad importante".

De hecho, remarcan los investigadores, "hemos demostrado que los índices de acontecimientos

 

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