En las adolescentes. | 03 MAY 06

La dieta vegetariana aumenta el riesgo de trastornos hormonales.

También puede servir de excusa para ocultar problemas alimentarios.

Ya sea para adelgazar, como excusa para ocultar trastornos de la alimentación, por costumbre familiar o, simplemente, para rebelarse contra el consumo de carne que se les impone en el hogar, muchas adolescentes comienzan una dieta vegetariana sin control alguno que pone en riesgo su desarrollo.

"Se calcula que si en la misma población se toma a un grupo de mujeres que sigue una alimentación normal y a otro grupo que cumple con una dieta vegetariana, en el primero habrá un 5% de alteraciones hormonales y en el segundo, entre un 26 y un 28 por ciento. Y esto ocurre entre las mujeres mayores de 18 años, mientras que entre las adolescentes los trastornos son mucho mayores", dijo a LA NACION la doctora Inés de la Parra, médica del Servicio de Ginecología del Hospital Italiano de Buenos Aires y presidenta de la Asociación Médica Argentina de Anticoncepción en el período 2004/2005.

Es decir que sea cual fuere la versión de la dieta vegetariana que se elija -pura (sólo incluye frutas y verduras), ovovegetariana (agrega huevo), ovolactovegetariana (suma huevo y lácteos) o semivegetariana (incluye huevo, lácteos y pescado)-, las adolescentes que optan por ellas tienen casi seis veces más riesgo de sufrir trastornos hormonales por falta de nutrientes esenciales en la edad del desarrollo.

"Es algo de lo que no se habla y que existe -dijo la doctora De la Parra-. Según el grado de restricción alimentaria que las adolescentes practiquen, será la severidad de las alteraciones", que pueden ir desde un atraso en el ciclo menstrual hasta la ausencia de menstruación por más de tres meses (amenorrea).

Ya en 1988 la especialista había observado en bailarinas de ballet que el 60% padecía amenorrea. "En ellas influían una dieta altamente restrictiva, mucha actividad física, un peso corporal de por sí ya bajo y altos niveles de estrés -comentó-. Claro que las bailarinas reúnen un conjunto de factores de riesgo, pero algunos de ellos coinciden con los que aparecen la población adolescente general."

Para evitar los riesgos que puede causar una alimentación incompleta, la doctora De la Parra recomendó cumplir con una dieta tipo que aporte un 60% de calorías en hidratos de carbono complejos (verduras, frutas, cereales y pastas), un 30% de calorías en grasas (manteca, aceites, chocolate, tortas, helados) y un 10 a 20% de calorías en proteínas (carnes, huevo y lácteos).

"Estas son las proporciones que por lo meno

 

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