Las consultas por tiña crecieron un 20%.

Aumenta una infección causada por las mascotas.

Especialistas advierten sobre la tenencia de conejos y cobayos.

Aunque el contacto de los chicos con las mascotas tiene innumerables beneficios (desde emocionales y sociales hasta el fortalecimiento del sistema inmune), también puede facilitar el contagio de algunas enfermedades cuando no se les presta la atención adecuada.

Este es el caso de la tiña, una infección en la piel con forma de mancha circular roja causada por un hongo que transmiten los animales domésticos y que en los últimos meses aumentó un 20% entre los chicos que tienen conejos y cobayos en casa.

“Las tiñas son bastante comunes en los chicos y hasta hace poco eran frecuentes las transmitidas por gatos y perros. Pero estamos viendo un aumento de las consultas por la infección transmitida por los conejos, por lo que debemos desalentar a los padres y a las escuelas el tenerlos como mascotas”, señaló a LA NACION la doctora Margarita Larralde, jefa de la Sección Dermatología Pediátrica del hospital Ramos Mejía.

El aumento de esta infección, que se caracteriza por afectar a los chicos menores de 11 años, fue uno de los temas que se debatieron durante el IV Congreso Latinoamericano de Dermatología Pediátrica, organizado en esta ciudad por la Sociedad Latinoamericana de Dermatología Pediátrica.

En el encuentro científico, que finalizó ayer con la participación de 2200 especialistas de América latina, Europa y los Estados Unidos, se presentaron también los resultados de un estudio realizado en el Hospital Municipal Materno Infantil de San Isidro.

“La tiña del cuero cabelludo es una de las micosis superficiales más frecuentes en la etapa escolar y preescolar, y constituye un problema sanitario cuya incidencia y agentes causantes varían según la ubicación geográfica, el clima y las características socioeconómicas”, afirman los autores en la conclusión del estudio, en el que se evaluó a 78 chicos infectados a través de sus mascotas.

Según el animal de que se trate es el tipo de hongo que causa la infección. La más frecuente es la que aparece en el cuero cabelludo y hace que el cabello se quiebre y se caiga en el lugar donde progresa la mancha. Esta afección se denomina tiña del cuero cabelludo.

En cambio, cuando el hongo se aloja en la cara, los brazos u otras partes del cuerpo, la infección se denomina dermatoficia de piel lampiña, es decir, provocada por un tipo de hongos superficiales.

“Queremos llamar la atención sobre el hongo Trichophyton mentagrophytes que transmiten los conejos, porque las tiñas que provoca son altamente inflamatorias y pueden dejar cicatrices en el cuero cabelludo y donde eso ocurre el pelo no vuelve a crecer”, explicó a LA NACION la doctora Silvia Pueyo, coordinadora del Area de Dermatología del Hospital Municipal Materno Infantil de San Isidro y autora principal del estudio.

Ambas especialistas coincidieron en que entre el 15 y el 20% de las tiñas que actualmente están bajo tratamiento son producidas por ese hongo. “De las 250 dermatoficias detectadas en el servicio del [hospital] Ramos Mejía en el último año, 37 fueron transmitidas por conejos; el resto por gatos, perros y cobayos. Cuanto más chiquito es el animal, mayor es el riesgo de transmisión”, comentó Larralde.

Entre los riesgos de que la infección progrese sin la atención médica adecuada están el error de diagnóstico y la automedicación. “Muchas veces, las manchas típicas de la tiña o la dermatoficia se atribuyen a otras causas o a una infección producida por una bacteria, en lugar de un hongo, por lo que se indican tratamientos inadecuados que ayudan a que la infección progrese”, indicó la doctora Larralde.

Pueyo, en tanto, apuntó contra el uso de ciertas cremas o ungüentos contra la picazón característica de la tiña. “El mejor consejo para los padres es no aplicar ninguna crema cuando no saben qué están tratando –dijo–. Si el chico tiene una lesión en la piel, que le pica y no se debe a una causa habitual, como es la picadura de un mosquito, los padres no deben usar productos con corticoides, que reducen la inflamación o defensa natural contra el hongo, pero agravan la infección.”

Entre los síntomas reconocibles de la tiña y la dermatoficia están las lesiones rojizas con escamas y picazón en forma de anillo. “Son redondas, secas y con bordes muy marcados –explicó Pueyo–. Como al hongo le gusta la queratina de la piel, a medida que ésta se va agotando en el lugar empieza a buscarla de manera centrífuga en otras zonas, y si en la lesión inicial vuelve a aparecer queratina, comienza a formarse otro anillo como si formara una escarapela.”

En el caso de las mascotas, como los perros y los gatos, ambas expertas coincidieron en que no es necesario deshacerse de ellas ante una infección, pero sí cumplir con el tratamiento veterinario para eliminar el foco de transmisión.

Por Fabiola Czubaj
De la Redacción de LA NACION