Según un estudio de la Universidad de Buenos Aires.

Una dieta pobre en zinc aumenta el riesgo de sufrir hipertensión.

En el país, el 50% de los menores de 3 años no consume la cantidad recomendada.

Una dieta pobre en zinc durante la niñez y la adolescencia aumenta el riesgo de sufrir hipertensión arterial en la vida adulta. Esto es lo que sugiere un estudio realizado por investigadoras de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la Universidad de Buenos Aires (UBA), cuyos resultados publicó Pediatric Research, la revista de la Sociedad Americana de Pediatría, de Estados Unidos.

"En estudios realizados con ratones mostramos que la deficiencia moderada de zinc a partir del destete y durante el crecimiento induce un aumento de la presión arterial a valores compatibles con los de la hipertensión arterial", dijo a LA NACION la doctora Cristina Arranz, investigadora independiente del Conicet, actualmente a cargo de la Cátedra de Fisiología de la citada facultad.

Los hallazgos del estudio adquieren relevancia a la luz de una reciente encuesta realizada por el Centro de Estudios sobre Nutrición Infantil (Cesni) que reveló que, en la Argentina, el 50% de los chicos menores de 3 años reciben una dieta pobre en zinc. Este micronutriente presente en grandes cantidades en la carne, es fundamental para el buen funcionamiento del sistema inmunológico y para la cicatrización de las heridas.

Alteraciones precoces

En su búsqueda de factores nutricionales capaces de inducir el desarrollo de la hipertensión arterial, la doctora Arranz -junto con sus colegas Analía Tomat, Ana Balaszczuk y María Costa- decidió estudiar los efectos del zinc, un mineral necesario para la formación de ciertas enzimas que participan en la regulación de la presión arterial.

"Los experimentos los realizamos en ratones durante los 60 días posteriores al destete, ya que una vez pasados esos 60 días alcanzan la edad adulta -explicó Arranz-. La mitad fue sometida a una dieta con un moderado déficit de zinc."

Durante los 60 días que duró el estudio, la investigadores pudieron observar cómo aumentaba la presión arterial de los ratones con dietas pobres en zinc. Una vez alcanzada la edad adulta, comentó la investigadora, "el valor promedio de la presión arterial de estos ratones era compatible con la hipertensión arterial".

Además, Arranz y sus colegas pudieron observar que los ratones hipertensos presentaban alteraciones en el sistema de producción de óxido nítrico, una sustancia fundamental para la salud cardiovascular.

"Cuando falta oxido nítrico hay mayor riesgo de que ocurran procesos trombóticos que obstruyan las arterias, las paredes de los vasos sanguíneos pierden elasticidad y, además, tiende a haber mayor presión arterial", explicó Arranz.

Estudios posteriores demostraron que la alteración del óxido nítrico no es la única que padecen los ratones que crecieron con un déficit de zinc. "Al estudiar los riñones de estos ratones observamos que tenían una menor cantidad de ciertos conductos llamados glomérulos, y a menor cantidad, menor capacidad de filtrado de la sangre, lo que constituye otro factor que repercute sobre la presión arterial."

Una marca imborrable

Uno de los aspectos más inquietantes de los estudios de Arranz es que las alteraciones causadas por una dieta pobre en zinc durante el desarrollo no pudieron ser revertidas en la vida adulta. "Cuando suplementamos con zinc la dieta de los ratones adultos hipertensos, no logramos revertir el problema", comentó la investigadora.

"Creo que debemos tener una verdadera conciencia del entorno que le damos al chico para que crezca, ya que estudios como éste muestran que hay factores nutricionales que los pueden marcar para su vida adulta -concluyó Arranz-. De lo contrario, estaremos dejando marcas en los chicos que más adelante no vamos a poder solucionar."

Por Sebastián A. Ríos 
 
Enemigos de una buena alimentación

Elemento clave para mantener altas las defensas del organismo, el zinc está presente en los alimentos ricos en proteínas, principalmente en las carnes (vaca, cerdo, cordero y, en menor medida, en los pescados). Sin embargo, existen otros alimentos que conspiran contra su buen aprovechamiento por parte de nuestro organismo.

Un reciente estudio de la Cátedra de Bromatología de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la Universidad de Buenos Aires identificó a integrantes de la dieta de los argentinos que, ingeridos junto con los que aportan zinc, obstruyen su absorción.

"En todas las dietas que analizamos pudimos observar que el mate cocido, el té, la leche y la leche chocolatada disminuyen sensiblemente la absorción de este micronutriente", explicó la doctora María Julieta Binaghi, docente de la citada cátedra y autora del estudio en cuestión.