Cada año, casi ocho millones de chicos (el seis por ciento de todos los nacidos) nacen en todo el mundo con problemas genéticos serios o defectos genéticos parciales.
Esta triste estadística forma parte del primer informe mundial detallado sobre defectos congénitos, dado a conocer ayer por la fundación March of Dimes, organización norteamericana sin fines de lucro fundada en 1938 por Franklin Roosevelt para derrotar la polio. En la Argentina, esta cifra asciende a 37.976 casos.
El trabajo, que hace una evaluación país por país, subraya además que si se mejorara el diagnóstico, el cuidado y la prevención en los recién nacidos, hasta el 70% de estos problemas podría evitarse. Si bien los defectos congénitos son un problema mundial, el 94% de los nacimientos con defectos serios y el 95% de las muertes por esta causa ocurren en países de ingresos medios y bajos.
Los defectos congénitos son definidos como anormalidades de estructura que afectan las funciones del organismo. De acuerdo con el estudio, los defectos congénitos más prevalentes son las cardiopatías, las deficiencias del tubo neural, los trastornos de la hemoglobina, como la talasemia y el síndrome de Down.
El trabajo incluyó cinco datos estadísticos mundiales: nacimientos con defectos congénitos, índices de enfermedades recesivas, edades avanzadas de mujeres embarazadas, matrimonios consanguíneos (entre primos) y condiciones demográficas.
Cientos de miles de nacimientos con serios defectos genéticos se deben a problemas de la salud materna originados después de la concepción, como los provocados por el alcohol, la rubéola, la sífilis y la deficiencia de iodo.
Estos serios defectos de nacimiento pueden ser letales. Pero si el bebe sobrevive, puede padecer limitaciones mentales, físicas, auditivas o visuales.
Un flagelo prevenible
"Los datos contenidos en este informe tendrán un fuerte impacto en la reducción de la mortalidad y la discapacidad congénita en los recién nacidos", comentó a LA NACION el doctor Christopher P. Howson, vicepresidente del Programa Global de la fundación March of Dimes y uno de los autores del informe.
El especialista señaló que el primer estudio sobre defectos genéticos efectuado en los Estados Unidos en 1960 permitió generar una campaña de concientización que logró reducir un 62 por ciento la mortalidad infantil como consecuencia de defectos congénitos hasta 2001.
"Muchas de las muertes originadas por defectos cardíacos congénitos en los recién nacidos podrían reducirse drásticamente si se los diagnosticara correctamente y se ofreciera a los chicos un buen tratamiento o cirugía", agregó Howson.
El especialista subrayó que los bebes de madres fumadoras durante los nueve meses de gestación tienen mayores riesgos de morir durante su primer año de vida y destacó que existe abrumadora evidencia que vincula una ingestión aumentada de ácido fólico con menores riesgos de defectos del tubo neural.
"Las investigaciones indican que por lo menos la mitad de los casos podrían prevenirse si las mujeres consumieran suficiente ácido fólico antes de quedar embarazadas y durante el comienzo de la gestación", agregó. Según el especialista, hay un número de infecciones y condiciones maternas que pueden tratarse fácilmente durante y después del embarazo.