Disfluencias | 20 JUL 05

Tartamudez en la consulta pediátrica de control

La detección del médico pediatra e intervención fonoaudiológica especializada en forma temprana, reducen la posibilidad de que la tartamudez se despliegue a lo largo de la vida.
Autor/a: Lic. fga. Mariela Ginhson* 

"El 80 % de los padres de un niño que tartamudea consulta en primera instancia con su pediatra".
Encuesta realizada en el Servicio de Foniatría- Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez-Buenos Aires (2000)

La oportunidad de reestablecer la fluidez al hablar se encuentra entre los 2 y los 5 años de edad. Más allá de ese período y a cualquier edad, toda tartamudez se puede COMPENSAR.

La mayoría de los niños que tartamudean desarrollan primero un lenguaje fluido; y entre los 30/ 36 meses comienzan a aparecer algunos signos de esfuerzo y tensión al hablar propios de esta dificultad. (Andrews, Harris, 1964; Yairi, 1983; Yairi, Ambrose; 1992; Bernstein-Ratner, 1996; Gebara, Ginhson, Couselo Ríos, Franchini Goldscchmidt, 2002).

La combinación de factores genéticos y medioambientales es responsable de desencadenar una tartamudez o disfluencia.
Su aparición es involuntaria y se manifiesta cuando un niño con menor capacidad para el desarrollo de la continuidad y facilidad al hablar, está expuesto por lo menos durante 3 meses a un ambiente de "stress comunicativo". En otras palabras, por diferentes motivos la familia genera ritmos de vida vertiginosos, con escaso espacio y tiempo para hablar, interrupciones frecuentes, lenguaje muy acelerado y complejo, entre otras características.
En consecuencia, la disfluencia es el resultado del esfuerzo extra en el control motor del habla, cuando un niño no tiene la habilidad de hablar con la fluidez que el medio le "exige".

Su naturaleza cíclica suele desorientar a los padres, y en consecuencia, reaccionan de diversas maneras generando con frecuencia, el avance de la disfluencia hacia estilos de mayor severidad.
Estas conductas comprensibles de los padres, surgen del aspecto más visible de la tartamudez : la forma en que el niño habla.  Sin embargo, esta es sólo una dimensión de toda la dificultad.

En la última década,  especialistas del mundo entero legitiman con sus estudios la Multidimensionalidad de la Tartamudez.
Esto es la interacción de sus aspectos cognitivo (comprensión, conocimiento y conciencia), afectivo (sentimientos, pensamientos y conductas), lingüístico (habilidades lingüísticas, capacidades y demandas), social  y  motor (control sensorial y motor de los movimientos del habla y de su planificación, Teoría de la capacidad limitada del sistema motor, Smith A, 1997; Peters, H, 1998, Hulstijn, van Lieshout- Teoría de la hiperreactividad de los músculos del habla, Starkweather, W; Diferencias de procesamiento en la formulación del lenguaje y control motor del habla entre aquellas personas fluidas y las personas que tartamudean; Kroll, R, De Nil, L, Houle, S, 1997)

El concepto de la Multidimensionalidad, ubica a este desorden de la fluidez en su verdadera esencia, dejando en el pasado la creencia sobre su exclusivo origen emocional y su condición pasajera, motivo por el cual una indicación inapropiada es : "hay que esperar".
Hace años, se consideraba adecuado que el niño no se diera cuenta de lo que le sucedía. Todo indicaba que lo mejor era esperar y los padres debían ocultar su angustia, ignorando a su hijo cuando se trababa al hablar.

Hoy se sabe que cuando una familia espera :
1. Aumenta la preocupación de los padres, ya que el niño continúa tartamudeando,
2. con lo cual generalmente los padres incrementan sus conductas para que el niño no tartamudee más, 
3. y la dificultad no desaparece, se complejiza con el tiempo.

La Consulta Pediátrica de Control.

En edades tempranas, el aprendizaje y la evolución del lenguaje contribuyen al desarrollo de la función fluidez, es por ello que el lenguaje normal presenta "errores normales de la fluidez", como repeticiones de palabras, de sílabas, de frases y vacilaciones producidas fácilmente y sin esfuerzo alguno. Estas discontinuidades son inadvertidas por los padres, ya que pertenecen a un desarrollo normal.
En consecuencia, cuando un padre consulta, generalmente ya ha visto que el niño ha comenzado a expresarse con esfuerzo o tensión y que "lo hace a veces".

"Se queda sin aire en la mitad de la frase", "repite las palabras",  "piensa más rápido de lo que habla", "se queda trabado", "se pone nervioso y no se le entiende", "le cuesta arrancar a veces", "se apura y se esfuerza por hablar", son algunas de las expresiones más comunes para describir la situación.
Todas estas manifestaciones indicarían la presencia de "disfluencias atípicas".

Algunos aspectos para detectar un niño de riesgo o con características de comienzo de tartamudez son:

1.Existencia de antecedente familiar
Registrar si existen o "existieron" antecedentes familiares de Tartamudez ( padres, abuelos, tíos primos etc.) , tanto por vía materna como paterna.
Es posible que el padre o la madre tartamudeen o hayan tartamudeado en algún momento de la vida, siendo comprensible la sensibilidad frente a este tema.

2. Algún signo de esfuerzo al hablar
Preguntar, "¿cómo habla el niño?".
 ¿ Repite palabras, partes de palabras más de tres veces?
Repetición múltiple de palabras, de partes de palabras, Ej. pero, pero, pero, cara-cara-
cara-cara- caramelo
 ¿Repite los sonidos de las palabras?
Repetición de sonidos. Ej. cccccccaramelo. Había un aaaaanimal.....
 ¿Prolonga o alarga sonidos?
Prolongaciones de sonido. Ejemplo : el ele ------- fante.
 ¿Se esfuerza al hablar?
Tensión: presenta esfuerzo al decir palabras. Ejemplo: tensión en los labios, en la
lengua, en el cuello, en la boca, frunce el seño, aprieta sus manos cuando habla....
 ¿Se sonroja cuando habla evidenciando esfuerzo al hablar?
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