Datos de una encuesta nacional | 04 JUN 05

No usa audífono más del 70% de los chicos sordos o hipoacúsicos

Según los especialistas, esto puede comprometer el desarrollo cognitivo y afectivo. En la mayoría de los casos es porque las familias no pueden comprar el aparato o las pilas. Existen leyes que obligan a la provisión de estos dispositivos.

Comprar las pilas para el audífono o... darles de comer.

"Esta es la realidad que enfrentan muchas familias argentinas con un hijo sordo o hipoacúsico. Y esto a pesar de las leyes que garantizan la provisión del equipamiento, leyes que no se cumplen. Queremos que las autoridades responsables de cambiarlo lo sepan", dice el ingeniero Horacio Cristiani, director de la Mutualidad Argentina de Hipoacúsicos (MAH), que estuvo a cargo de una encuesta entre más de 4200 alumnos de 201 escuelas primarias públicas y privadas del país para chicos con deficiencias auditivas.

La Encuesta Nacional de Escuelas para Sordos e Hipoacúsicos (Eneshi), cuyos resultados se presentan hoy, revela que sólo entre el 30 y 35% de los alumnos de las escuelas encuestadas de Buenos Aires, la Patagonia, el Centro y Cuyo tiene su audífono en buenas condiciones, mientras que esa proporción es de nada más que entre el 13 y el 14% en escuelas del Noroeste y del Nordeste.

"Hace tiempo que queríamos expresar en números concretos una realidad que imaginábamos por nuestros constantes viajes al interior del país -dice el ingeniero Cristiani-. Uno supone que si hay chicos que asisten a una escuela de sordos e hipoacúsicos se están educando como corresponde, y que si necesitan audífono o un implante coclear los tienen y funcionan. Porque si no ¿qué sentido tiene ir a una escuela especial?"

Y es el mismo Horacio Cristiani quien, con un gesto de amargura, se responde la pregunta: "Muchísimos de esos chicos van a la escuela para comer -explica-, y cuando se les pregunta a los directivos por qué la cooperadora no destina recursos a comprar más audífonos o reemplazar las baterías, la contestación es que primero hay que comprar la leche".

Para María Teresa Peralda, profesora en Deficientes del Oído, la Voz y la Palabra ("prefiero que me digan «profesora de sordos», que es más sencillo", admite), la gran mayoría de los casos todos los chicos hipoacúsicos, aun los más severos, tienen un pequeño resto auditivo que el audífono se encarga de amplificar.

"Además, lo conecta con el mundo exterior -aclara-, le permite un alerta auditivo, el conocimiento del lenguaje, la posibilidad de escucharse y escuchar a los otros y de mejorar su voz. Negarle la posibilidad de que cuente con los accesorios implica el riesgo de no poder desarrollar el habla y comprometer su desarrollo cognitivo y psicoafectivo."

Todo el país

La licenciada Mariana Catalani, coordinadora de la encuesta, indica que se manejaron con un registro de la Dirección Nacional de Información y Evaluación de la Calidad Educativa de 481 escuelas de sordos e hipoacúsicos de todo el país.

"Allí concurren casi 9000 alumnos, aunque no significa que sea la población total de sordos e hipoacúsicos de la

 

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