Estrategias de control | 13 DIC 05

Supervivientes de cáncer

Los médicos deben estar alertas a la aparición de síntomas o signos físicos inespecíficos que puedan hacer sospechar la recurrencia del cáncer.
Autor/a: Sunga AY, Eberl MM, Oeffinger KC, Hudson MM, Mahoney MC. Fuente: Comentario y resumen objetivo: Dra. Marta Papponetti Am Fam Physician. 2005 Feb 15;71(4):699-706.

Se considera superviviente de un cáncer a "toda persona que haya tenido diagnóstico de cáncer desde el momento del diagnóstico hasta el del balance de su vida." Gracias a los avances en el tratamiento del cáncer existen hoy en día casi 10 millones de supervivientes de cáncer en Estados Unidos. Cerca de dos tercios de esos pacientes viven al menos 5 años y algunos tipos de cáncer tienen tasas de supervivencia más elevadas.

Los supervivientes del cáncer tienen mayor riesgo de recurrencia del cáncer original y de desarrollar una segunda neoplasia, como resultado del tratamiento del cáncer y otros factores de riesgo. Luego del tratamiento quirúrgico, radiante o citotóxico es necesario el monitoreo y el tratamiento de los efectos secundarios a largo plazo. Cerca del 70% de los pacientes con cáncer tienen comorbilidades y requieren un abordaje multidisciplinario.
La selección de los cánceres mencionados en este artículo se debe a sus elevadas prevalencias o tasas de supervivencia.

Seguimiento y vigilancia de los supervivientes de cáncer, de sitios seleccionados

Supervivientes del cáncer de mama

Los supervivientes del cáncer de mama poseen un riesgo aumentado de cánceres primarios secundarios de la mama ipsilateral y contralateral, ovarios, colon y recto. Esto ocurre dentro de los primeros 5 años que siguen al tratamiento. Las tasas de recurrencia son muy bajas en pacientes con tumores primarios inferior a 1 cm, sin adenopatías axilares.

La vigilancia apropiada de los supervivientes del cáncer de mama consiste en el autoexamen mensual de las mamas, la mamografía anual del tejido mamario preservado y la historia y examen físico cada 6 meses durante 5 años y luego anualmente. Los síntomas (adelgazamiento, tos persistente) o signos físicos (cambios en la pared torácica o la mama, adenopatías) inespecíficos son indicadores comunes de la recurrencia del cáncer de mama y deben ser evaluados.

Los supervivientes del cáncer de mama también pueden desarrollar complicaciones físicas del tratamiento como linfedema (20-30% de los pacientes operados), menopausia prematura, alteraciones neurocognitivas y osteopenia u osteoporosis, como así distrés psicológico relacionado con la sexualidad y la imagen corporal. Hasta el 30% de los pacientes con cáncer de mama tratados con quimioterapia sufren efectos cognitivos, a veces referido como "quimiocerebro".

El linfedema aparece en el 20-30% de los pacientes con cáncer de mama tratados quirúrgicamente y suele responder al manejo conservador con fisioterapia. El cuidado esmerado dela piel reduce el riesgo de infección local y sistémica por el drenaje linfático alterado.

Aunque el tamoxifeno reduce el riesgo de recurrencia del cáncer de mama y mantiene la densidad ósea, aumenta el riesgo de cáncer de útero. Es necesario hacer el monitoreo pélvico anual. Hay datos que indican que el uso de inhibidores de la aromatasa (anastrozol) en la posmenopausia, en pacientes con cáncer de mama que tienen receptores estrogénicos puede tener mayor eficacia y menos efectos secundarios que el tamoxifeno.

Por último, la revisión de la historia familiar puede indicar un componente hereditario del cáncer de mama. Cerca del 5 al 10% de los cánceres de mama están provocados por mutaciones en los genes de susceptibilidad al cáncer, sobre todo BRCA1 y BRCA2. La intervención de los genetistas es importante para evaluar el riesgo genético individual y la necesidad de hacer pruebas específicas entre esos pacientes y los miembros de su familia.

Supervivientes del cáncer colorrectal

La detección precoz de la recurrencia del cáncer es mayor en los 5 años que siguen a la resección; por lo tanto, el seguimiento y la vigilancia son importantes durante ese período. La guía de la American Society of Clinical Oncology20 and the National Comprehensive Care Network (NCCN) limita la recomendaciones del seguimiento a la historia clínica, el examen físico, la búsqueda del antígeno carcinoembrionario (CEA)  y la colonoscopia.

La confección de la historia, el examen físico y el CEA se hacen cada 3 meses durante los 2 primeros años que siguen al tratamiento, y luego cada 6 meses durante otros 3 años. Los pacientes con CEA elevado deben estudiarse con TC, tomografía por emisión de positrones o, colonoscopia, para identificar el sitio de la recurrencia y su potencial resección. Esta elevación puede preceder a los síntomas hasta en 3 a 8 meses. Se recomienda hacer una colonoscopia a los 12 meses de la operación, y luego cada 3 a 5 años, siempre que no se detecten anormalidades. No se recomienda la radiografía de tórax anual de rutina.

Muchos supervivientes del cáncer colorrectal no se adaptan a los efectos asociados al tratamiento tal como la incontinencia fecal y las adherencias. La radioterapia puede causar diarrea persistente y sangrado episódico por la proctitis por radiación. Esto puede ser tratado en forma sintomática con inhibidores de la motilidad como la loperamida. En la proctitis por radiación grave, puede ser útil un curso corto con enemas de hidrocortisona. El cuidado de la ostomía debe incluir la atención de la imagen corporal y la sexualidad. 

El cáncer colorrectal puede separarse en tres categorías, de acuerdo con la historia familiar: 1) esporádico (60% de los casos), sin historia familiar; 2) varios miembros de la familia afectados (30%)

 

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