Antecedentes:
Durante varios años, se ha considerado al asma y a las EPOC como entidades diferentes, con presentación clínica distintiva. Sin embargo, a pesar de los rasgos fisiológicos distintivos en el momento del diagnóstico, y los factores de riesgo diferentes, ambas enfermedades pueden desarrollar a través del tiempo presentaciones que son bastante similares.
Objetivos del estudio:
Evaluar la asociación entre el asma diagnosticada por un médico y el desarrollo subsecuente de EPOC, en una cohorte de 3.099 sujetos adultos de Tucson, AR.
Diseño y métodos:
Estudio observacional prospectivo. Los participantes completaron hasta 12 encuestas respiratorias convencionales y se realizaron 11 mediciones de la función pulmonar por espirometría, durante un período de 20 años. Las curvas de supervivencia (con el tiempo que se tarda en desarrollar EPOC como la variable dependiente) fueron comparadas entre los sujetos que padecían asma y aquellos que no, en el momento de la evaluación inicial.
Resultados:
Los sujetos con asma activo (n = 192) tenían las tasas de riesgo para EPOC significativamente mayores que aquellos con asma inactivo (n = 156) o que los sujetos no asmáticos (n = 2.751). En comparación con los no asmáticos, los asmáticos activos tenían un riesgo 10 veces mayor de adquirir síntomas de bronquitis crónica (IC 95%, 4,94 a 20,25), un riesgo 17 veces mayor de recibir un diagnóstico de enfisema (IC 95%, 8,31 a 34,83), y un riesgo 12,5 veces mayor de completar los criterios de EPOC (IC 95%, 6,84 a 22,84), aún después de controlar variables como el hábito de tabaquismo y otros cofactores potenciales.
Conclusiones:
El asma diagnosticado por médicos se asocia significativamente con un riesgo mayor para bronquitis crónica, enfisema y EPOC.