Investigadores del Duke Clinical Research Institute (Estados Unidos) comentan que el uso de procedimientos invasivos para el tratamiento de la cardiopatía isquémica se ha triplicado en las últimas dos décadas y es probable que aumente en pacientes de alto riesgo. Esto, unido al mayor uso de antitrombóticos, ha incrementado la tasa de hemorragias y la necesidad de transfusiones de sangre en pacientes con enfermedad cardiovascular. A juicio de los autores, si bien transfundir sangre a pacientes anémicos con cardiopatía isquémica teóricamente incrementaría la liberación de oxígeno y mejoraría los resultados, no existen evidencias que apoyen esta práctica.
Los investigadores utilizaron datos de tres grandes ensayos internacionales sobre síndrome coronario agudo para determinar la asociación entre las transfusiones y la
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