Investigadores del Duke Clinical Research Institute (Estados Unidos) comentan que el uso de procedimientos invasivos para el tratamiento de la cardiopatía isquémica se ha triplicado en las últimas dos décadas y es probable que aumente en pacientes de alto riesgo. Esto, unido al mayor uso de antitrombóticos, ha incrementado la tasa de hemorragias y la necesidad de transfusiones de sangre en pacientes con enfermedad cardiovascular. A juicio de los autores, si bien transfundir sangre a pacientes anémicos con cardiopatía isquémica teóricamente incrementaría la liberación de oxígeno y mejoraría los resultados, no existen evidencias que apoyen esta práctica.
Los investigadores utilizaron datos de tres grandes ensayos internacionales sobre síndrome coronario agudo para determinar la asociación entre las transfusiones y la evolución de pacientes que habían desarrollado hemorragia moderada a grave, anemia o ambas durante su hospitalización. El estudio incluye una muestra de más de 24.000 pacientes.
De los enfermos incluidos, 2.400 (10%) recibieron al menos una transfusión. En este grupo, las tasas de muerte a 30 días, infarto de miocardio y la combinación muerte/infarto fueron significativamente superiores respecto a los pacientes que no recibieron transfusiones. En conclusión, señalan que la transfusión cuadriplica el riesgo de muerte a los 30 días y casi triplica el riesgo de muerte/infarto.
Webs Relacionadas
Duke Clinical Research Institute
http://www.dcri.duke.edu/index.jsp/
JAMA
http://jama.ama-assn.org/