Actualización pediatrica | 06 OCT 04

Tratamiento de la litiasis biliar en niños

La litiasis biliar en la infancia se consideraba una enfermedad infrecuente, sin embargo, con el uso rutinario de la ecografía, se diagnostica con mayor frecuencia.
Autor/a: Dr. Edgardo Checcacci * 
INDICE:  1. Desarrollo | 2. Desarrollo | 3. Desarrollo
Desarrollo

Hasta hace pocos años, la litiasis biliar en la infancia se consideraba una enfermedad infrecuente, sin embargo, con el uso rutinario de la ecografía abdominal, se diagnostica con mayor frecuencia. Clásicamente se ha relacionado la litiasis biliar infantil con enfermedades tales como patologías hemolíticas, nutrición parenteral, anomalías congénitas del tracto biliar, uso de diuréticos y obesidad. Sin embargo, una importante proporción de los casos son hallazgos ecográficos en pacientes asintomáticos y sin los factores de riesgo descritos.

Según su composición, los cálculos biliares se clasifican en cálculos de colesterol y cálculos de pigmento. Los cálculos de pigmento están formados mayoritariamente por sales cálcicas de bilirrubina no conjugada y se subdividen en negros duros y marrones blandos. La composición de cálculos en niños es fundamentalmente pigmentario (bilirrubinato de calcio), lo que contrasta con la población adulta, donde predominan los cálculos de colesterol. En un trabajo reciente, Stringer et al estudiaron si la composición de los cálculos biliares en los niños es diferente a la de los adultos y observan que el 35 % de los cálculos analizados eran de carbonato cálcico, composición excepcional en los adultos.

Se postulan diversos mecanismos patogénicos que explican la formación de cálculos pigmentarios en litiasis infantil, como es un exceso de oferta de bilirrubina no conjugada en procesos hemolíticos; una mayor cantidad y/o actividad de ß-glucoronidasa por infección bacteriana de la vía biliar, que hidroliza bilirrubina a su forma no-conjugada; ectasia biliar por alteración anatómica o funcional del árbol biliar; y disminución del flujo biliar visto en fetos y neonatos. La mayoría de los cálculos son radioopacos y por ello la radiografía simple de abdomen muchas veces no es de utilidad para diferenciar el componente principal del cálculo.
 
Con frecuencia, los cálculos en los niños no tienen una causa conocida. El trabajo de Rubial et al analizó un total de 123 niños procedentes de distintos hospitales en el que el 64 % de los cálculos eran idiopáticos, el 15 % por enfermedades hemolíticas, el 7 % por obesidad y el 12 % por otras enfermedades. Siempre deben incluirse antecedentes de riesgo como nutrición parenteral y enfermedades hemolíticas. La nutrición  parenteral prolongada se asociada con complicaciones que afectan el sistema hepatobiliar, como la colelitiasis, colestasis, y esteatosis. Otro grupo de riesgo lo constituyen los pacientes transplantados. La incidencia real y las causas subyacentes de litiasis en pacientes transplantados pediátricos no son precisamente conocidas. Además del riesgo de litiasis, los niños después de un transplante de corazón, riñón, o hígado pueden desarrollar cálculos biliares debido a la terapia con droga, sepsis, nutrición parenteral, o las complicaciones quirúrgicas.

El espectro clínico descr

 

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