"En estas alteraciones, los factores genéticos son muy importantes pero no son los únicos, ya que también puede haber factores funcionales", explica el Dr. Antonio Palma, cirujano Oral y Maxilofacial del Hospital Regional Carlos Haya de Málaga y Vocal de la SECOM. "Las anomalías por causa genética –añade- suelen aparecer en la edad infantil, lo que se conoce como trastornos del crecimiento, y se van acentuando en la adolescencia hasta estabilizarse al acabar el período de crecimiento".
"Como factores funcionales pueden ser numerosas las causas que favorezcan el mal desarrollo de los huesos de la cara como padecer vegetaciones y tener insuficiencia respiratoria nasal, los traumatismos en el mentón (muy frecuente en los niños) y otras alteraciones como chuparse los dedos en exceso o el masticar de forma excesiva por un solo lado (por algún vicio adquirido), por comer pipas, por haber padecido alguna infección en el oído o por cicatrices grandes, etc. Todas estas circunstancias pueden llevar a un mal desarrollo de los huesos maxilares que hagan necesaria una operación para corregirlo
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